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China representa una gran oportunidad para la exportación de madera desde Argentina

En la sede del Ministerio de Agroindustria, AFoA formó parte de un panel junto a FAIMA y SRA y Nicolas Laharrague de la Dirección Nac. De Desarrollo Foresto-Industrial, mediante el cual se dio la bienvenida a una delegación oficial de empresarios chinos que visitan la Argentina para expandir...

En la sede del Ministerio de Agroindustria, AFoA formó parte de un panel junto a FAIMA y SRA y Nicolas Laharrague de la Dirección Nac. De Desarrollo Foresto-Industrial, mediante el cual se dio la bienvenida a una delegación oficial de empresarios chinos que visitan la Argentina para expandir y potenciar la importación de madera nacional.

De hecho, los representantes de la China Timber and Wood Products Distribution Association se mostraron muy motivados e interesados en firmar futuros convenios comerciales con AFoA y otras entidades de la industria de la madera argentina.

Cifras oficiales indican que China consumió 600 millones de m3 de madera en 2017, de las cuales un 31% va a construcción, un 29% va a celulosa y papel, 19% a exportación, 10% a muebles y el resto en otros usos. En 2017, las importaciones totales de madera superaron los 100 millones de m3. Solo alrededor de un 3% proviene de América Latina (LATAM). Uruguay, Guyana, Brasil y Chile fueron los 4 principales proveedores, figurando Argentina en el lugar 15 dentro de LATAM. La Delegación indicó que están visitando Brasil, Uruguay, Chile y Argentina para aumentar la participación de la región en estas importaciones.

Para Claudia Peirano de AFoA este alentador panorama se sostiene con el hecho de que “en 2014 se comenzó a prohibir gradualmente la tala comercial en bosques nativos y de ciertas plantaciones en tierras fiscales y a partir de abril de 2017, está totalmente prohibido. Aunque esto afectó levemente la oferta interna de madera, lo que realmente ha generado diferencia es el aumento de la demanda, ya que el Gobierno promueve el uso de la madera, especialmente en construcción y con el aumento del poder adquisitivo de la población, se ha registrado un fuerte incremento en consumo de muebles. Con esto, la importación de madera en China está alcanzando nuevos récords. Definitivamente es un momento de apertura comercial que no debemos desestimar y una oportunidad única para posicionar todo tipo de productos argentinos que forman parte de la cadena foresto-industrial nacional”.

Mientras la importación de madera (en rollo y aserrada) en 2006 fue de 46 millones de m3, en 2017 llegó a los 108 millones de m3. De ellos, un 80% es importación de maderas blandas y un 20% de maderas duras. En ambos casos, alrededor de la mitad del volumen se importa como rollo y la otra mitad como madera aserrada.

“Nuestro país también podría estar en esos primeros puestos, pero es necesario resolver el tema de competitividad. En particular, el costo de logística y transporte. Representantes de la delegación remarcaron el costo mayor de envío desde puertos argentinos que desde Brasil, Uruguay o Chile”,comentó Claudia Peirano. “De todos modos hay que resaltar que los empresarios chinos ven la oportunidad de ir aumentando las importaciones de madera desde Argentina, porque ven el mercado nacional con alto potencial de desarrollo. En este sentido propusieron firmar acuerdos privados de colaboración entre la China Timber and Wood Products Association, AFoA y FAIMA, dentro de un marco que seguramente permitirá acercar posiciones y lograr que la madera argentina comience a exportarse en volúmenes más importantes”.

Los principales hechos que afectan el mercado chino, según la Asociación, son los siguientes:

- * Aumento de la escala y tecnología en las empresas foresto-industriales (papel, aserraderos, etc.): se puso en práctica un régimen estricto de control ambiental de las industrias que están produciendo cierres importantes de empresas que no cumplen la nueva normativa ambiental, entre ellos, cientos de aserraderos.

- * Mayor demanda de madera: a partir de la decisión en 2016 de ampliar la construcción con madera (se espera que el 15% de los edificios sean pre-fabricados para el 2020) y la construcción de 1000 “pueblos característicos” en distintas regiones como centros urbanos innovadores y vivibles, para promover pequeñas ciudades en regiones del país.

- * Desarrollo de nuevos centros foresto-industriales: a partir de la expansión de las dos nuevas “rutas de la Seda”, por mar y en tren que une a China con Europa y Rusia, estimándose que la industria de la madera se mudará del este al oeste, con madera proveniente de dichas regiones. (Fuente: Source: CNBC, Mercator Institute of China Studies- Presentado por el CEO de CANFOR.)

FORESTO INDUSTRIA NACIONAL // CONSTRUCCIÓN CON MADERA

La foresto-industria es una cadena de valor que tiene un efecto multiplicador desde la semilla, la plantación, resina y todos sus derivados, manejo forestal, cosecha de rollos, destino de rollos finos para celulosa y papel y de rollos para madera aserrable, aprovechamiento de desperdicio como chip y viruta para generación de energía renovable, maderas y molduras con destino para la construcción y viviendas con madera y muebles, entre otros usos.

En el caso específico de la construcción con madera, la Argentina cuenta con un gran potencial para colaborar en la reducción del déficit habitacional debido a su velocidad de respuesta, la capacidad disponible del recurso forestal y el procesamiento industrial, que permite dinamizar el empleo y las economías regionales, agregando valor a la materia prima proveniente de bosques cultivados como también por los claros beneficios ambientales, económicos y constructivos de los sistemas utilizados.

La madera es un material renovable, reciclable y carbono neutro. Esto contribuye con la mitigación del cambio climático y a su vez con calentamiento global, siendo el material de menor demanda energética para su fabricación. Debido a su capacidad aislante superior a cualquier material de uso tradicional en el país, promueve un bajo consumo energético que implica ahorro para el usuario y la sociedad, en un contexto energético deficitario.