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-EXCLUSIVO- Claudio Sabsay: "La miel es el producto alimenticio con mejor capacidad de conservación"

La miel se consume en el mundo desde tiempos muy remotos, de hecho hay registros de este milenario producto derivado de las abejas en las mismísimas Cuevas de la Araña, un conjunto de cuevas epipaleolíticas cerca del río Escalona, en el municipio de Bicorp, en Valencia, España. Estas...

La miel se consume en el mundo desde tiempos muy remotos, de hecho hay registros de este milenario producto derivado de las abejas en las mismísimas Cuevas de la Araña, un conjunto de cuevas epipaleolíticas cerca del río Escalona, en el municipio de Bicorp, en Valencia, España. Estas cuevas son muy conocidas porque en ellas se encuentran pinturas rupestres representando una cacería de cabras y una escena de un hombre, el hombre de Bicorp justamente subiendo por lianas para obtener miel de abejas silvestres. Las cuevas fueron descubiertas a inicios del siglo XX por Jaime Garí i Poch, un profesor local y se estima que esos registros datan de unos 7 mil años antes de Cristo.

Según Claudio Sabsay, especialista en Agroalimentos de "Palabra de Campo", ciclo que se emite sábados y domingos por Radio 10, se le asignaron a la miel muchas simbologías: los egipcios pensaban que la miel eran las lagrimas de un Dios muy importante para ellos, Ra. Para ellos, era el dios del cielo, dios del Sol y del origen de la vida, era el símbolo de la luz solar, dador de vida, así como responsable del ciclo de la muerte y la resurrección.

"También había enormes personajes que recomendaban el consumo de miel: Hipócrates de Cos fue un médico de la Antigua Grecia que ejerció durante el llamado siglo de Pericles y está clasificado como una de las figuras más destacadas de la historia de la medicina, de hecho muchos autores se refieren a él como el «padre de la medicina», recomendaba el consumir miel con fines terapéuticos". "Aseguraba que le daba longevidad a sus consumidores y además la utilizaba para aliviar dolores en general y también para mejorar la situación sanitaria de las lastimaduras".

Sabsay agregó que "la miel tiene un gran poder conservante, por lo tanto cuando había expediciones, los egipcios o griegos llevaban sus provisiones de alimentos, sobre todo los  cárnicos, en barriles con miel". Y cuenta la tradición que cuando muere Alejandro Magno, lo llevaron de regreso a Macedonia, su lugar de origen, embebido en miel. Gracias a este proceso, su cuerpo llegó en perfecto estado de conservación".

Pero no sólo para los egipcios y los griegos la miel era un producto destacado. También lo fue para los romanos. En el imperio que tenía sede en Roma, no había comida sin miel como ingrediente destacado y hasta distribuían éste alimento en toda la "ceremonia" de la ingesta. Al inicio se servía en forma de vino, (vale recordar que los griegos fabricaban cerveza con miel); a mitad de la comida, consumían miel para "limpiar el paladar"; y al final, a modo de "postre" consumían miel en panales.

Los romanos, además utilizaban la miel para panificados, en la repostería y particularmente en los "huevos melita", donde el toque de calidad lo otorgaban dos onzas de éste producto tan natural.

Ya a un nivel un poco más exótico, hay dos productos en base a miel que llaman la atención: los chinos, entre sus platos, degustan los ratones cubiertos de miel y los árabes, las langostas embebidas en miel.

Aunque lo más interesante en cuanto al desarrollo de éste producto milenario, es cómo se impuso en la dieta habitual de muchos países a partir de las últimas décadas del siglo pasado. En los últimos tiempos, el negocio mundial movilizó unos 2 mil millones de dólares. China ocupa un lugar privilegiado en el mercado internacional al ser el primer productor y exportador de miel. De hecho, del millón y medio de toneladas del total que se producen en el mundo, los asiáticos tienen el 33%.

Argentina tiene un papel importante en este mundo de dulzura. Ocupa el quinto lugar como productor y segundo como exportador. La clave de esto es que el consumo en nuestro país es muy bajo y ronda los 200 gramos por habitante por año, cuando en otros países se consume entre un kilo y un kilo y medio. Al consumir poca cantidad, se exporta mucho: el 95% de la miel que producimos, se va el exterior y por ese motivo, Argentina llegó en algún momento a ser el primer exportador mundial de miel.

Según Claudio Sabsay, "la miel ocupa a 60 mil personas directas y suma 30 mil más en las épocas de cosecha" y "genera ingresos al país por unos 200 millones de dólares, producto de la exportación de miel a granel".

LA IMPORTANCIA DE LA CALIDAD

Nueva Zelanda es un claro ejemplo de lo que ocurre en una cadena productiva cuando se hacen las cosas bien. El precio habitual de la miel en el mercado internacional escila entre 1300 y 3000 dólares la tonelada, según distintos factores relacionados con el mercado.
Sin embargo, la miel neocelandeza llegó a cotizar un 300 por ciento más que el resto de los productos que se ofrecen en el mercado, básicamente por un trabajo de diferenciación y marketing. Además, es una miel monofloral, que en muchos casos esta certificada como producto orgánico y tiene trazabilidad con marca propia, con canales directos en los mercados más importantes del mundo.

EL ALIMENTO QUE MAS SE CONSERVA EN EL MUNDO

La miel es el producto alimenticio que mas dura en cuanto a tiempo de conservación en el mundo. Se encontraron frascos sellados con miel en tumbas de mas de 2000 años, envasada y en perfecto estado para ser consumida. ¿Cuál es la razón?

Lo vamos a explicar muy simplemente: las abejas van a las flores, extraen el néctar y lo que se genera va al estomago de la abeja. Allí se mezcla con una enzima que se llama "glucosa oxidasa". Ese néctar se descompone en dos productos: uno es el "peróxido de hidrógeno, más conocido como agua oxigenada.
La miel tiene mínima cantidad de agua, tiene agua oxigenada en su composición, un PH muy bajo (es muy acida) y enorme cantidad de azucares.
Por lo tanto, si una bacteria "cae" en la miel, es tal la presión que ejerce la miel sobre el cuerpo de la bacteria que ésta "explota". Eso ocurre porque hay un fenómeno que se denomina "osmosis", que hace que debido a la composición de la miel, la bacteria "explote" y muera. Por eso la miel es un producto que perdura en el tiempo con un excelente estado de conservación.