Tecnología

Gracias a la tecnología satelital en algunos años más podrá realizarse una gestión profesional de las emergencias agropecuarias

Alcances del Sistema Ítalo Argentino de Satélites para la Gestión de Emergencias

En algunos años más Argentina contará con la tecnología necesaria para poder realizar una gestión profesional de los desastres climáticos y biológicos que afectan a la producción agropecuaria.

Tal es el propósito del Plan Espacial Nacional que la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) lleva a cabo en colaboración con la Agencia Espacial Italiana (ASI) en el marco del Sistema Ítalo Argentino de Satélites para la Gestión de Emergencias (Siasge).

La constelación SAOCOM 1 está compuesta por dos satélites idénticos fabricados por Invap, el primero de los cuales fue lanzado con éxito al espacio el mes pasado, mientras que el segundo sigue en etapa de armado parar ser lanzado en 2019.

Los dos satélites argentinos, combinados con los equipos italianos actualmente en órbita (COSMO SkyMed), permitirán obtener imágenes de cualquier catástrofe en cualquier punto del globo actualizadas cada doce horas.

“Desde 2012 los datos satelitales se están validado con datos de humedad en el suelo, temperatura, permitividad (constante dielétrica) y salinidad provenientes de 108 sensores localizados en 65 estaciones distribuidas en la región pampeana”, explicó Laura Frulla, investigadora principal de la Misión SAOCOM de la CONAE, durante una conferencia sobre el potencial Agtech realizada hoy en la ciudad de Buenos Aires en el marco del evento de la FAO “Semana de la Agricultura y la Alimentación”.

“Se va a poder permitir estimar, con una alta resolución, el perfil de humedad del suelo en una profundidad de hasta 2,0 metros”, añadió.

Frulla comentó que también se están diseñando modelos para estimar el riesgo de fusariosis, estado de avance de la enfermedad por zonas y alertas para detectar los umbrales más adecuados para la aplicación de fungicidas.

Otras herramientas que están en desarrollo son la identificación de zonas con vegetación en situación estrés, delimitación de áreas afectadas por granizo, monitoreo y cuantificación de grados de sequía y elaboración de mapas de salinidad del suelo.

“Entre los productos que estamos desarrollando se encuentra un indicador de sequías con una resolución de 250 metros, mientras que los modelos que se emplean en la actualidad tienen una resolución de 9 kilómetros”, explicó la investigadora.

Tales innovaciones, cuando se encuentren plenamente operativas, permitirán realizar una gestión rápida y precisa de las emergencias agropecuarias, las cuales actualmente –si bien emplean datos satelitales– requieren la validación de observaciones de campo.

Otro de los usos posibles de la herramienta que están siendo validados son la elaboración de curvas de nivel, mapas de pendientes, cuencas y redes hidrográficas, puntos de acumulación y perfiles altimétricos.