La falta de mano de obra es un tema instalado en el campo argentino desde hace años. De Norte a Sur hay cientos de testimonios y ejemplos de una crisis que tiene varias facetas. Hay quienes enfatizan el impacto de los planes sociales, hay quienes hacen foco en la inflación y la devaluación del salario y, también hay quienes mencionan la competencia por el capital humano con otras actividades, como la hidrocarburífera.
La crisis tiene varias facetas. En el Norte del país, hasta reconoce una variable policial. Como ocurre en América del Norte con mafias que cruzan mexicanos y centroamericanos que buscan escapar de la miseria exiliándose en Estados Unidos, en Misiones se desbarató una organización delictiva que llevaba engañados a varios cientos de cosechadores mesopotámicos a Brasil.
Fue el ministerio de Trabajo brasileño y la Policía de ese país los que advirtieron las maniobras que vacían de cosechadores los campos yerbateros y de cítricos de la provincia de Misiones con la promesa de falsas ofertas de trabajo, vivienda y alimentación.
Al llegar a Brasil, la remuneración prometida no correspondía a lo realmente acordado, al igual que la promesa de vivienda. "La inspección encontró a los trabajadores que vivían en alojamientos en condiciones precarias, hacinados, sin camas suficientes, durmiendo sobre colchones, tampoco hay suministro de agua corriente para bañarse y necesidades básicas en una de las casas, además de huecos en las paredes y riesgo de incendio por la precariedad de las instalaciones eléctricas”, afirmó un vocero del gobierno de Luiz Ignacio Lula da Silva.
Desde Misiones, el citricultor Ricardo Rager fue uno de los primeros en alertar por esta crisis y continúa advirtiendo a las nuevas autoridades nacionales acerca de lo que ocurre. “Todos los que van a Brasil a trabajar lo hacen en negro, sin registrarse, y las autoridades en Argentina lo saben, Lo descubrieron los brasileros, acá nadie dice nada y después se rasgan las vestiduras al grito de ‘tráfico de personas’”.
“La realidad es que muchos de los que fueron engañados a Brasil cobran beneficios sociales en la Argentina y pensaron en hacer un extra en Brasil pero trabajando en negro. Lamentablemente, fueron tratados como esclavos", agregó en declaraciones a Noticias Argentinas.
Una constante
La falta de mano de obra de Misiones se repite en Mendoza. La vendimia podría ser opacada por la ausencia de recolectores de uva y entidades de productores y cooperativas cuyanos, han levantado una bandera de alerta: "No quieren ser registrados en la cosecha temporaria por miedo a perder sus planes de empleos o subsidios familiares".
Varios relacionistas públicos de bodegas coinciden con los productores de limones y naranjas del noreste argentino. Explicaron que “la falta de cosechadores es un problema de todas las economías regionales. Antes del 2000, el trabajador golondrina viajaba desde el norte a la zona centro y sur y trabajaba siempre y siempre tenía trabajo y en blanco. Pero tras las crisis económicas del último cuarto de siglo, se ha ido quedando en su provincia y la mayoría accedió a un subsidio o plan nacional, provincial o municipal y ya no recorre largas distancias para recolectar la producción de nuestros campos”.
En el Valle
En nuestra zona, los productores no se cansan de alertar durante todo el año que cada vez es más difícil contratar mano de obra para las labores culturales.
Sea por el salario poco competitivo cuando se tiene en el panorama las condiciones de la industria petrolera, sea por desincentivo al trabajo que implica el enjambre de ayudas sociales o sea por la devaluación del salario, lo cierto es que el problema está instalado en las chacras.