El Departamento de Economía de la Bolsa de Cereales de Córdoba publicó un informe en el que analizan el contexto económico de la campaña de trigo 2024/25.
Considerando el promedio de las últimas cinco campañas, Córdoba representa el 14% de la producción de trigo a nivel nacional. Además, cuenta con una industria molinera que procesa 1,3 millones de toneladas, aportando el 20% de la molienda a nivel nacional.
Según la primera estimación de intención de siembra de trigo en Córdoba para la campaña 2024/25 realizada por el Departamento de Información Agronómica (D.I.A – BCCBA), la superficie destinada al cereal se ubicaría en torno a 809 mil hectáreas, disminuyendo un 17% respecto a la campaña previa y posicionándose como la menor superficie de las últimas 11 campañas.
Puntos de partida para la campaña triguera
A punto de comenzar las labores de siembra de trigo, los analistas detallaron las principales variables tenidas en cuenta por los productores cordobeses al momento de planificar la campaña.
Agua útil en el perfil de los suelos
La condición agrometeorológica, es la principal variable a tener en cuenta al momento de decidir el área a sembrar. Para que el cereal tenga un buen desarrollo durante su ciclo, es necesario contar con suficiente agua útil en el perfil. En el caso particular de Córdoba, durante el invierno las lluvias son escasas o nulas, por lo que adquiere gran relevancia las precipitaciones acumuladas durante los primeros meses del año, principalmente durante el mes de mayo.
Hacia finales de marzo y los primeros días de abril, el contenido de agua en el suelo era inferior al promedio. Sin embargo, en el transcurso de la última semana el almacenaje de agua se posicionó sobre la media y en algunos días se observó excesos, lo cual se corresponde con un nivel de agua superior al que el suelo es capaz de contener.
Relación insumo/producto
Otro factor importante es el costo de los insumos. Entre ellos, los fertilizantes tienen la mayor incidencia dentro del costo directo que deben afrontar los productores, con una ponderación que en promedio rondaría el 31%. Le sigue el costo de cosecha y de semillas con una participación en el total del 20% y 18%, respectivamente. Esta situación, se observa en un planteo con un paquete tecnológico que apunta a mayores rendimientos.
El precio que se espera a cosecha, se posiciona alrededor de los USD 206 Tn. Si bien podría sufrir cambios, al momento se observaría una disminución del 8% respecto de los USD 225 Tn observados en promedio, durante el ciclo 2023/24.
Ahora bien, el poder de compra que tendría el trigo respecto los insumos mencionados se puede calcular mediante la relación insumo-producto. La cual indica la cantidad de unidades de producto necesarias para adquirir una unidad de insumo. Un aumento de dicha relación indicaría que es necesario una mayor cantidad de producto para adquirir una unidad de insumo, en otras palabras, disminuye el poder de compra del producto, en este caso, del trigo.
Como se observa en la siguiente tabla, los ratios respecto a los insumos seleccionados han aumentado. Como ejemplo, el caso de la urea, con un aumento interanual del 64% implicaría que son necesarios 31,2 quintales de trigo para adquirir una tonelada de urea, en comparación a los 19 quintales necesarios en abril del 2023. Con lo cual, el trigo estaría perdiendo poder de compra respecto a los insumos considerados.
Estimación de márgenes
Otra variable tenida en cuenta por los productores al momento de tomar decisiones es el margen bruto. El mismo, surge de restarle a los ingresos de la actividad (en este caso por la venta de la producción) los costos directos (relacionados a la actividad) y los gastos comerciales. Además, en este caso se le imputa el costo de arrendamiento, estimado como un tercio del promedio para una campaña.
En la siguiente tabla se presenta la estimación de márgenes brutos según el potencial de rendimiento incorporado en cada planteo técnico, teniendo en cuenta las cantidades de fertilizante aplicado. En el caso de alto rendimiento potencial se consideran 110 kg/ha de urea y 40 kg/ha de fosfato diamónico, en el escenario con rendimiento medio se consideran 70 kg/ha de urea, mientras que no se considera aplicación alguna en el de rendimiento bajo.
En los tres escenarios planteados los márgenes brutos son positivos, es decir, que el productor que coseche trigo podría cubrir sus costos directos y los gastos comerciales necesarios. La situación cambia al momento de incorporar el costo del arrendamiento, en tal caso el margen se vuelve negativo para todos los planteos.
A continuación, se realiza nuevamente el cálculo con la salvedad de que se considera un contexto en el que se elimine la alícuota del 12% en concepto de derecho de exportación (DEX). Como puede observarse, los números se tornan en una dirección más favorable, sin embargo, la quita de DEX no sería suficiente para lograr modificar la hoja de balance, a excepción en donde se aplique un planteo técnico que apunte a mayores rendimientos.