El riego genera un aporte sustancial al recurso más escaso y errático presente en la región del sudoeste bonaerense al permitir estabilizar rendimientos agrícolas. Sin embargo, para que esa tecnología resulte efectiva debe instrumentarse de manera apropiada.
Para conocer cuáles son los factores que pueden maximizar el potencial de rendimientos de trigo en sistemas con riego, la región CREA Sudoeste, en el marco de una jornada técnica organizada la semana pasada en formato virtual, invitó a Diego Rotili, coordinador de experimentos del Grupo Riego Sudoeste .
“El riego genera una verdadera revolución en las empresas agrícolas”, señaló Diego, quien además de coordinador técnico agrícola de las regiones CREA Oeste y Oeste Arenoso. “En el Grupo Riego Sudoeste el promedio de rendimiento de trigo bajo riego en la última década es de 7113 kg/ha, mientras que en secano, con una marcada variabilidad de situaciones, fue en el período de 3918 kg/ha”, añadió.
El primer aspecto importante es conocer la dinámica del cociente fototermal (radiación/temperatura) presente en la zona en cuestión para intentar que la máxima expresión estacional del mismo coincida con el período crítico de formación de rendimientos agrícolas.
Experimentos realizados por el Grupo Riego Sudoeste en 2022/23 detectaron una elevada correlación entre el número de espigas logradas por metro cuadrado con el rendimiento de trigo. En un segundo orden de importancia se ubicó la variable granos/espiguilla.
“La clave entonces es sostener el número de macollos para consolidar el número de espigas por metro cuadrado en niveles realmente altos y propiciar que el cultivo pueda atravesar el período crítico de la mejor manera posible”, remarcó Diego.
Un análisis realizado en base al modelo de árbol de regresión detectó que los mayores rendimientos se lograron con variedades de ciclo largo sembrados de manera temprana, con una oferta de más de 500 milímetros durante el ciclo del cultivo, un aporte total de nitrógeno mayor a 220 kg/ha y un adecuado control de enfermedades.
En lo que respecta a la fecha de siembra, el análisis indicó que desde la tercera década del mes de mayo a la segunda de julio se pierden en promedio 25 kg/ha de rendimiento por día de atraso en la fecha de siembra.
Por otra parte, aumentar el nivel de nitrógeno (suelo + fertilizante) hasta 280 kg/ha permitió alcanzar más de 7000 kg/ha con un 75% de probabilidad y más de 8000 kg/ha con un 25% de probabilidad. “El aporte del riego hace que el uso del nitrógeno se optimice en términos tanto productivos como económicos”, señaló el técnico.
El análisis en base al árbol de regresión realizado con el cultivo de cebada bajo riego arrojó que existen dos posibles caminos para maximizar rendimientos dependiendo de la genética empleada. “La cebada es mucho menos certera para maximizar rindes bajo riego que el trigo porque tiene un problema grande de vuelco”, expuso.
En lo que respecta a los ensayos de cultivares de trigo realizados en el ciclo 2023/24 por el Grupo Riego Sudoeste, los más destacados fueron –por orden de importancia– Borsalino, Catalpa y Aryal.
“Los ensayos nos permiten conocer que tenemos una mayor diversidad genética entre las cultivares por seleccionar y eso amplía el margen de acción en la toma de decisiones al momento de diseñar los planteos en función de las características de cada campaña”, comentó.
El Grupo Riego Sudoeste además realiza ensayos sistemáticos para podar eficientizar el uso de nutrientes según ambiente y cultivar sembrado.
“La salud económica y la sostenibilidad de las empresas mejoró de manera significativa gracias a la previsibilidad que aporta el riesgo”, resumió Diego.