"Mirando el mundo rural de hoy, emerge la primacía de la dimensión del mercado, que orienta acciones y decisiones", criticó el Pontífice al recibir días atrás a miembros de la Asociación Católica Rural Internacional en el Vaticano.
“Los negocios ante todo, aun a costa de sacrificar los ritmos de la vida agrícola, con sus momentos de trabajo y su tiempo libre, de descanso semanal y del cuidado de la familia”, lamentó el Obispo de Roma durante el encuentro en la sala del Consistorio del Palacio Apostólico.
“Para todos los que viven la realidad rural, esto significa constatar que el desarrollo no es igual para todos, como si la vida de las comunidades de campo tuviese un valor más bajo”.
"La misma solidaridad, ampliamente invocada como solución, es insuficiente si no se acompaña de justicia en la distribución de las tierras, en los salarios agrícolas o en el acceso al mercado”, pidió.
“Para los pequeños agricultores, la participación en las decisiones continúa lejana, por la ausencia de instituciones locales o la falta de reglas claras que reconozcan como valores la honestidad, la justicia y la lealtad", agregó Francisco antes de destacar la labor de las asociaciones, críticas del "agrobusiness".