Desde el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) presentaron los datos de comercialización de vino en el mercado interno correspondientes al mes de julio, que mostraron un aumento del 6,9% en comparación con el mismo mes del año anterior.
El salto más notable se observa en la variación intermensual, ya que el volumen de ventas de julio superó al de junio en un 28,9%, lo que evidencia una recuperación importante para el sector. Sin embargo, al analizar el acumulado entre enero y julio de 2024, las ventas totales de vino en el mercado interno presentan una caída del 2,5% respecto al mismo periodo de 2023.
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Datos sobre el consumo interno de vino
Un dato destacado es que esta caída en las ventas afectó tanto a los vinos de color (tintos y rosados) como a los blancos. En los meses anteriores, los vinos blancos habían mostrado un leve repunte en contraste con los tintos, que venían en declive.
En los primeros siete meses de 2024, el mercado interno absorbió 4.096.570 hectolitros de vino. De ese total, el 67% correspondió a vinos sin mención varietal, conocidos comúnmente como genéricos, mientras que el 30% fueron vinos varietales. Los espumosos, en tanto, representaron el 2,5% del total. El porcentaje restante incluyó a otras presentaciones, como vinos gasificados y cócteles de vino.
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Cabe destacar que esta estadística excluye los vinos a granel y se concentra únicamente en aquellos fraccionados en distintos tipos de envases. En ese sentido, la botella continúa siendo el principal formato de venta en Argentina, representando el 61% de las ventas, seguida por el tetra brik, con un 35%. La damajuana, con el 3%, y formatos emergentes como la lata y el bag in box completan la lista.
En cuanto a la evolución de los envases, la botella fue el único formato que logró mantener sus niveles de comercialización en línea con los del año pasado. El tetra brik, en cambio, sufrió una caída del 4%, mientras que la damajuana experimentó una contracción significativa del 26%. Los formatos más pequeños, como la lata y el bag in box, también registraron retrocesos del 8% y el 18%, respectivamente.
Estos datos muestran un panorama mixto para la vitivinicultura argentina, con signos de recuperación en el corto plazo, pero desafíos a enfrentar en el largo plazo debido a las fluctuaciones en el consumo y la demanda de distintos tipos de vino y envases.