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Se prendió fuego en 2019 y un grupo de empresas del agro lo pusieron de pie con una inversión de US$35 millones: cómo funciona el mega frigorífico que puede procesar 140.000 kilos por dia

El frigorífico cuenta con capacidad para faenar 40.000 cerdos al mes y apunta a posicionarse como un centro estratégico para la exportación y el desarrollo del sector porcino.

Luego de que el 31 de diciembre de 2019 un incendio arrasara con la planta frigorífica de Cabaña Argentina en General Las Heras, provincia de Buenos Aires, la empresa reinaugura una planta de última generación con una inversión de 35 millones de dólares pensada desde el principio para exportar, con tecnología de punta.

El nuevo frigorífico, de Carnes Porcinas Seleccionadas (CPS), ocupa 18.000 m² cubiertos dentro de un terreno de 38 hectáreas y cuenta con 3.600 m² de corrales. Está preparado para procesar 40.000 cerdos al mes en un turno de 8 horas, y esa capacidad puede duplicarse sin necesidad de ampliar infraestructura. La faena es automatizada e incorpora un sistema de noqueo automático que permite cumplir con estándares internacionales de bienestar animal, al reducir al mínimo el estrés durante la faena, además tiene un robot inteligente de almacenaje, cámaras de frío y un túnel de congelado que puede procesar hasta 140.000 kilos por día.

La planta fue concebida no solo para abastecer a la marca Cabaña Argentina (que es parte del mismo grupo empresario), sino para operar como un frigorífico de servicios abierto al sector porcino. "Esta planta está pensada para que vengan a procesar acá productores e industriales del sector." explicó Daniel Fenoglio, presidente de CPS. En ese sentido, cualquier productor o empresa puede contratar los servicios de faena, desposte, congelado, empaque, expedición y almacenaje.

Frigorífico

El sistema de faena del frigorífico es automatizado e incorpora estaciones diferenciadas de prelavado, lavado, oreo y enfriado rápido

Para asegurar el flujo de hacienda, CPS selló un acuerdo con el grupo 5L, conformado por seis productores porcinos que abastecerán al menos el 50% de la faena mensual. La planta se complementa con otras dos empresas del mismo grupo: el criadero Pacuca S.A., ubicado en Roque Pérez, que produce más de 20.000 cerdos por mes, y Pacuca Bioenergía, una planta que transforma los efluentes del criadero en energía renovable. “Generamos un megavatio por hora, equivalente al consumo eléctrico de una ciudad de 4.000 o 5.000 habitantes, y lo vendemos a la red”, detalló Fenoglio.

Uno de los diferenciales de la planta es su diseño bajo estándares internacionales. Fue construida con asesoramiento del Senasa para cumplir con los requisitos sanitarios de los mercados más exigentes, como China y Japón. Incluye vestuarios diferenciados por áreas de riesgo, accesos separados para animales y productos, y un sistema de faena que permite procesar hasta 250 cerdos por hora. El área de desposte tiene capacidad para 200 cerdos por hora, y el layout permite escalar a tres turnos diarios.

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En total, la planta está en condiciones de generar hasta 4 millones de kilos mensuales de productos porcinos entre cortes frescos, órganos, sangre, menudencias y subproductos. Muchos de ellos se destinan al mercado local, pero el objetivo es alcanzar un 30% de volumen exportable. “Exportar no es una opción, es una necesidad. En África nos pagan 500 o 600 dólares la tonelada por una cabeza de cerdo. En China, por ese mismo producto, podríamos obtener entre 2.500 y 3.000 dólares. Eso puede cambiar todo para el sector”, remarcó el empresario.

Actualmente, Argentina exporta a varios destinos como Africa, Hong Kong, Gorgia y Rusia, pero aún resta concretar la habilitación final para ingresar a China con subproductos. Fenoglio explicó que el protocolo sanitario ya está aprobado, pero falta una firma política de alto nivel. “Los chinos están esperando que el presidente Javier Milei viaje a firmar el acuerdo. Eso destrabaría un negocio importantisimo para la cadena porcina”, aseguró.

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Daniel Fenoglio

La ubicación estratégica de la planta, sobre la Ruta Provincial 6 y cerca del puerto de Buenos Aires y del aeropuerto de Ezeiza, potencia su perfil exportador. Pero también responde a una demanda creciente del consumo local. “La carne de cerdo dejó de ser una rareza. Hoy compite de igual a igual con otras proteínas. Ya no alcanza con producir, hay que hacerlo bien, con estándares que permitan vender en cualquier parte del mundo”, planteó Fenoglio.

La planta fue pensada desde el inicio como un nodo logístico y sanitario de alto rendimiento. El sistema de procesamiento garantiza que animales vivos y productos terminados nunca se crucen, y las instalaciones permiten flexibilidad según el tipo de cliente. Desde grandes frigoríficos y productores de fiambres hasta supermercados y exportadores podrán utilizar los distintos servicios en función de sus necesidades. “Queremos que esta planta sea un punto de apoyo para toda la cadena”, sintetizó.

Con capacidad de almacenamiento de frío para más de 1,6 millones de kilos y la posibilidad de ampliar fácilmente sus procesos, Carnes Porcinas Seleccionadas busca convertirse en una referencia para el desarrollo del sector porcino argentino. Fenoglio lo resume así: “No alcanza con tener una buena planta. También necesitamos un entorno impositivo, sanitario y comercial que acompañe. Pero esta infraestructura ya está lista para dar el salto”.