
La Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC), que representan conjuntamente el 48 % de las exportaciones del país, informaron que durante julio de 2025 las empresas del sector liquidaron divisas por un total de U$S 4.102 millones.
Este monto representa un salto del 57 % respecto al mismo mes del año pasado y un incremento del 10 % en comparación con junio de este año. En el acumulado anual, entre enero y julio, la suba alcanza un 43 % en relación con el mismo período de 2024. Así, julio de 2025 se convirtió en el mejor mes de la historia desde que existen registros, en el año 2002.
Este resultado extraordinario está directamente vinculado a la finalización de la vigencia del Decreto 38/25, que expiró el 30 de junio. La normativa establecía una reducción transitoria de los derechos de exportación y exigía a las empresas agroexportadoras cumplir con la declaración anticipada del 95 % del valor de cada contrato de exportación, además del prepago obligatorio de las retenciones correspondientes.
Agroexportaciones y el "mejor precio posible"
El ingreso mensual de divisas —que luego se transforma en pesos— es un mecanismo clave para que las empresas puedan seguir comprando granos a los productores al mejor precio posible. Esta liquidación está directamente relacionada con la adquisición de granos destinados a la exportación, ya sea en su estado natural o como productos industrializados, como aceites o harinas proteicas.

En general, el ingreso de divisas en el sector se produce con antelación al embarque: aproximadamente 30 días en el caso de granos sin procesar y hasta 90 días cuando se trata de productos industrializados. Estos plazos varían según el tipo de grano y el momento de la campaña, por lo que no puede hablarse de demoras en la liquidación.
Desde CIARA-CEC también aclararon que las comparaciones estadísticas entre distintos períodos pueden resultar engañosas, debido a la fuerte influencia del ciclo comercial de los granos. Factores como la volatilidad de los precios internacionales, el volumen y la calidad de las cosechas, el clima, los feriados, los paros sindicales, las regulaciones vigentes, las barreras comerciales o las exigencias sanitarias impuestas por otros países afectan significativamente el ritmo y el volumen de las exportaciones.