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Más valor para el olivo sanjuanino: obtienen sello de Identificación Geográfica

El aceite de oliva extra virgen fue reconocido por su calidad diferencial y su arraigo territorial. La certificación garantiza su autenticidad y representa un impulso clave para la proyección comercial de la industria olivícola local.

El aceite de oliva virgen extra producido en San Juan fue distinguido con el sello de Identificación Geográfica (IG), un reconocimiento que certifica su calidad, autenticidad y arraigo territorial. Respaldado por el INTA y fruto del trabajo conjunto de productores, entidades públicas y universidades, este logro marca un antes y un después para la industria olivícola local.

El clima árido, los suelos sanjuaninos y el conocimiento transmitido por generaciones hacen de este aceite un producto con identidad propia. Ahora, gracias a la certificación IG, podrá diferenciarse frente a imitaciones y posicionarse con mayor fuerza en los mercados.

“La identificación geográfica asegura que el producto proviene de una región con características únicas y específicas, tanto en términos fisicoquímicos como sensoriales y culturales”, explicó Pierluigi Pierantozzi, investigador del INTA San Juan y coordinador del Banco de Germoplasma de Olivos. Para acceder al sello, los productores deben cumplir con una serie de requisitos: desde tener implantadas las variedades declaradas hasta garantizar condiciones industriales adecuadas, con auditorías en todas las etapas del proceso.

El respaldo científico fue clave. El INTA aportó conocimiento sobre las variedades implantadas y sus características químicas y morfológicas, mientras que la Universidad Católica de Cuyo trabajó en los aspectos organolépticos. “Este logro es el resultado de una articulación ejemplar entre lo público y lo privado”, destacó Pierantozzi.

El Banco de Germoplasma de Olivos de San Juan, reconocido por el Consejo Oleícola Internacional (COI), también jugó un rol fundamental. Esta colección única en el país, cuenta con más de 100 variedades y fue declarada Patrimonio Cultural y Natural de la provincia en 2019. Entre ellas, se destaca la variedad Arauco, autóctona de Argentina y una de las posibles candidatas a integrar la IG.

Aunque suele confundirse con la Denominación de Origen (DO), la Identificación Geográfica tiene un alcance distinto: exige que al menos una de las etapas de producción, transformación o elaboración se realice en la zona señalada. En cambio, la DO abarca todo el proceso dentro del territorio.

La nueva certificación no solo protege el producto, también lo potencia. El aceite de oliva sanjuanino suma valor agregado, garantiza trazabilidad y refuerza su identidad. Un paso firme para un producto con historia, calidad y ahora, sello propio.

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