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La nueva conduccion de CAENA aseguró que "tienen potencial para producir 200 millones de toneladas” y pidió una "modernización regulatoria"

Alejandro Bravo fue elegido presidente de la Cámara Argentina de Empresas de Nutrición Animal (CAENA) para el período 2026–2027.

La Cámara Argentina de Empresas de Nutrición Animal (CAENA), que nuclea a fabricantes de alimento balanceado, premezclas, aditivos e industria petfood, renovó sus autoridades durante la Asamblea General Ordinaria realizada el jueves 4 de diciembre en la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.

El Ing. Alejandro Bravo, integrante de la Comisión Directiva desde 2020 y CEO de Vetifarma, asumió la presidencia en reemplazo de Juan Pablo Ravazzano, cuya gestión fue especialmente reconocida por consolidar el rol institucional de la Cámara y fortalecer la articulación con los distintos actores del sector. Ravazzano continuará participando de la conducción como Secretario.

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Bravo cuenta con una sólida trayectoria en nutrición animal, desarrollada principalmente en Cargill y Vetifarma. “Asumo la presidencia con el compromiso de profundizar el fortalecimiento institucional y de impulsar servicios que permitan a nuestros socios capitalizar oportunidades y enfrentar los desafíos de una industria con enorme potencial”, expresó.

Según estimaciones de CAENA, la industria de nutrición animal argentina produce 35 millones de toneladas, pero podría escalar hasta 200 millones de toneladas en los próximos años.

La nueva conducción se completa con Leandro Bel (Nestlé Purina) como vicepresidente, Marcelo Damiani como tesorero, y los nuevos directores Darío Maida Re (Alican), Fabio Marmorato (APSA), Tomás Berisso (EDP Agro) y Andrés Ledesma (Phileo by Lesaffre).

Con esta renovación, CAENA ratifica su compromiso con la innovación, la competitividad y el desarrollo sostenible de un sector estratégico para la producción de proteína animal y la industria de mascotas.

Tras la Asamblea, Bravo delineó los ejes que marcarán la agenda de CAENA en los próximos años.

“Las empresas de nutrición animal estamos en la intersección de varias cadenas: porcina, bovina, láctea y mascotas. Argentina, por su capacidad agrícola, clima y estatus sanitario, está predestinada a ser un gran productor de proteína animal, y nuestra industria es clave para ese desarrollo”, afirmó.

En este sentido, anticipó un escenario favorable: un país “en proceso de estabilización y reinserción internacional” y una industria de proteína animal “vibrante, dinámica y en crecimiento”.

Bravo destacó que buena parte de los socios de CAENA son pymes que necesitan herramientas para formarse, exportar y modernizarse.

“Hoy la productividad, la eficiencia y la reducción de costos son tan relevantes como lo técnico. Tenemos mucho para aportar en gestión y tecnología”, sostuvo.

Uno de los puntos centrales de su gestión será el trabajo con organismos públicos para simplificar procesos y actualizar normativas.

“El SENASA es reconocido internacionalmente, pero hay regulaciones que dificultan hacer negocios y deben actualizarse”, señaló. Entre los ejemplos mencionó: “Exigir el registro local de productos destinados exclusivamente a exportación: “Es costoso, lento y no aporta valor”.

Limitar la adaptación de la producción a estándares del país de destino: “Si ese mercado permite ionóforos o antibióticos, deberíamos poder fabricar bajo esas normas, como hace Australia. Hoy eso no está permitido y perdemos competitividad”.

Ingresos Brutos se paga varias veces entre provincias y encarece toda la cadena”.

Además, la industria trabaja con más de 400 materias primas, mayormente importadas y muchas con aranceles: “El costo impositivo que trasladamos al cliente nos deja atrás frente a competidores de Chile o Brasil”.

Aun así, consideró que existen oportunidades claras en Latinoamérica y el Sudeste Asiático, siempre que mejore el marco impositivo y regulatorio.

“Argentina es uno de los tres principales productores de alimentos para mascotas de América Latina”, con presencia de marcas globales y un ecosistema local muy desarrollado.

El fenómeno cultural de los “perrijos” y “gatijos” multiplicó por más de diez el mercado en pocos años. “Si generamos mejores condiciones para exportar, el crecimiento va a continuar”, aseguró.