En el último año –según los últimos datos oficiales publicados por el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social correspondientes a enero de 2017– se perdieron 25.323 empleos registrados a nivel nacional. Pero la cantidad de monotributistas registrados se incrementó en 47.242 en ese miso período. Se trata de una posible evidencia de un proceso de flexibilización laboral de factor ante la elevada carga tributaria que tienen los empleados en relación de dependencia.
La mayor parte de la destrucción relativa de empleos en el sector privado se concentró en las empresas mineras con 80.082 empleados registrados en enero pasado (-6,0%), industrias manufactureras con 1.200.672 trabajadores (-3,5%) y actividades inmobiliarias, empresariales y de alquiler con 844.610 personas (-0,9%).
El mayor impacto nominal –con una pérdida interanual de 44.118 empleos registrados se presentó en la industria manufacturera, parte de la cual está integrada por la agroindustria con capacidad exportadora (que está siendo triturada por una elevada presión tributaria, conflictos sindicales, déficits de infraestructura y un tipo de cambio sobreapreciado, entre otros problemas).
[button color="" size="" type="round" target="" link=""]En el período el sector agropecuario fue –en términos relativos– uno de los principales creadores de empleo con 326.047 trabajadores registrados en enero pasado (+2,3% que en enero de 2016), aunque se ubicó por debajo de las empresas de servicios de salud con 317.732 empleados (+3,4%) y de las compañías de electricidad, agua y gas con 72.058 trabajadores (+2,4%).[/button]
En enero de este año la cantidad de empleados públicos registrados –sin considerar los contratados sobre los cuales no se hacen públicos los datos– era de 3.102.926, una cifra 29.644 superior a la registrada en enero de 2016 (vale recordar que en el sector público también existe una proporción de trabajadores flexibilizados que operan como monotributistas). La cifra comprende empleados en los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial de la Nación, provincias y municipios, además de empleados de Fuerzas Armadas y unidades nacionales.
El crecimiento del empleo público es una consecuencia directa de la elevada presión impositiva que expulsa a trabajadores registrados del sector privados, con cuyo trabajo, precisamente, se financian los salarios del personal estatal.