La batería de herramientas anunciada incluye tasas que oscilan entre el 16 y 18% anual, y tratamiento impositivo diferencial que prevé la eliminación del pago de Ganancia Mínima Presunta y la paulatina eliminación del Impuesto a los Créditos y Débitos Bancarios, que en el caso de las micro y pequeñas empresas compensarán el 100% con otros gravámenes.
"Nuestro objetivo central es cuidar y ayudar a crecer a las pymes, más aún en este momento tan particular de la Argentina y el mundo en materia de empleo a partir de los avances tecnológicos que generan tensiones", señaló el Secretario de Emprendedores y Pymes del Ministerio de Producción, Mariano Mayer, durante un seminario organizado por la Unión Industrial Argentina en la sede de la entidad.
El funcionario admitió que el país tiene un "problema estructural de empleo, con una fuerza laboral de 19 millones de personas, de las cuales sólo la mitad está formalizada, es decir en blanco, por lo tanto tenemos la misión de generar millones de puestos de trabajo".
Mayer explicó que en la Secretaría a su cargo se trabaja en tres grandes ejes: capital humano, innovación productiva y asociatividad, con la idea de tener pymes protagonistas y no sobrevivientes, como lo fueron hasta ahora, con reglas de juego confusas.
En cuanto a las distintas líneas de financiamiento, rescató las que se "tramitan directamente a través del Ministerio de Producción, ya sea directas o indirectas, con tasas que oscilan entre el 16 y el 18%".
También resaltó el rol del Fondo Nacional para el Desarrollo de las Micro, Pequeña y Mediana Empresa (Fonapyme), que otorga créditos blandos para proyectos de inversión, capital de trabajo y mejora de la eficiencia energética, dirigido esencialmente a las pequeñas empresas que no califican o ni siquiera tienen antecedentes con entidades bancarias.
Otra opción ponderada por Mayer es la posibilidad que tienen las pymes de acceder al mercado de capitales, evitando así el cambio de cheques en cuevas usureras, recurriendo a la Bolsa de Comercio de Buenos Aires.
"Muchos empresarios no saben que pueden acceder al mercado de capitales, descontando cheques avalados por alguna de las 30 Sociedades de Garantía Recíproca (SGR) en la Bolsa de Comercio, en una operatoria que es muy sencilla".
Por su parte, la subsecretaria de Política y Gestión de la Pyme, Carolina Castro, explicó los lineamientos centrales de la Ley Pyme recientemente promulgada, ahora en proceso de reglamentación.
"Estamos trabajando en la reglamentación y calculamos que en 60 días, es decir para fines de septiembre, tendremos la Ley Pyme debidamente reglamentada", detalló Castro ante más de 200 empresarios de pequeñas y medianas empresas.
Entre otras virtudes de la flamante norma, resaltó el acceso a "un bono de crédito fiscal, fomento a inversiones y la inclusión de las SRL entre las sociedades que pueden ingresar al mercado de capitales".
Finalmente, el secretario de la UIA, Juan Carlos Sacco, manifestó su beneplácito por la masiva participación de empresarios que evacuaron sus dudas respecto a los alcances de la ley.
"Vemos con gran preocupación la actual situación del mercado pero desde la entidad queremos aportar todas las herramientas disponibles para el desarrollo y crecimiento de las pymes", afirmó Sacco.
Según un trabajo elaborado por los departamentos técnicos de la UIA, el 98% de las empresas en la Argentina son pymes, generan el 70% del empleo privado formal y la mayoría de los jóvenes comienza su carrera profesional en este tipo de empresas.
Más de 4,2 millones de personas trabajan en pymes, aunque en la última década aumentó el peso de las grandes empresas frente a las pequeñas y medianas.
"Es de vital importancia ayudar a las pymes a desplegar toda su fuerza transformadora y generadora de empleos de calidad", indica el informe de la UIA.
En la primera mitad del año, la coyuntura se presentó compleja para el sector: la inflación, el reacomodamiento de las tarifas energéticas, la presión impositiva, las altas tasas de las Lebacs y la caída del consumo dificultaron la posibilidad de acceder al crédito.
Muchas pymes perdieron capital de trabajo con la devaluación y empezaron a enfrentar costos financieros más altos, ya que venden a plazos más largos, entre 90 y 120 días, y carecen de capacidad de trasladar los mayores costos.
El sector financiero en la Argentina es uno de los menos desarrollados de Latinoamérica. Por citar sólo un ejemplo, en Argentina, la financiación bancaria del capital de trabajo llega al 7% en las medianas y es una de las más bajas de la región, dónde Chile, Brasil y México alcanzan el 23%.