Productores de arroz, peras, manzanas, arándanos y pollos, entre otros, adelantan que la suba del dólar no es suficiente para fomentar los envíos al exterior. La falta de competitividad se agudiza.
Varios son los sectores de la agroindustria local que advierten que una mejora en el tipo de cambio no es suficiente para solucionar crisis estructurales como las que atraviesan distintos sectores productivos y un aliciente en el mediano plazo sería la suba en los reintegros a las exportaciones.
El Gobierno nacional oficializó en enero de este año una suba en los reintegros para gran parte de los productos agroindustriales, pero seis meses después parece que no fueron suficiente porque la crisis se sigue profundizando en rubros como el frutícola (con peras, manzanas y arándanos a la cabeza), avícola, vitivinícola y arrocero entre otros.
Para Carlos Iannizzotto, presidente de la Confederación Intercooperativa Agropecuaria(CONINAGRO) detalla: "El camino para ayudar a las economías regionales que hoy están pasando un mal momento es con una suba significativa en los reintegros a las exportaciones.
Por supuesto que una mejora en el tipo de cambio ayuda pero, particularmente no creo que una fuerte devaluación sea el camino porque a la par se resienten otros eslabones de la cadena. A la par es importante impulsar la alianza del Mercosur para salir juntos a vender nuestros productos al mundo".
Para el sector relacionado con la carne vacuna el incremento en los reintegros -en diciembre del año pasado fue un motivo de festejo- ya que pasaron del 0% hasta el 4% para el producto congelado pero recién comenzaron a viabilizarse los pagos en mayo. La tardanza en el giro del dinero fue motivo indiscutido en una reunión que mantuvieron representantes de la cadena con el presidente Mauricio Macri.
La situación de los avícolas es bastante distinta porque hoy están ante un panorama de lo más sombrío por la falta de competitividad y así lo advierte Roberto Domenech, presidente del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA): "En nuestro caso el incremento en los reintegros fue, en líneas generales y dependiendo del producto, de apenas un punto porcentual y no cambió el termómetro del sector.
Hoy nuestro mayor inconveniente es que no somos competitivos para salir a exportar y en el mercado interno los precios están deprimidos producto de una sobre oferta de pollos. La sal ida es volver a colocar la mercadería al mundo, como lo veníamos haciendo y por supuesto que mejores reintegros serían algo muy positivo. A la par, todavía esperamos una rebaja en el IVA para la carne de pollo y el huevo -hoy está en 21% cuando la carne vacuna tributa el 10,S%- pero ya pasó un año de la promesa de funcionarios del Gobierno y lamentablemente seguimos sin novedades".
En este contexto y por lo pronto la industria avícola se replantea como seguir y ya están planificando reducir la producción para no saturar, todavía más, el mercado interno.
Fruticultura en problemas: En peras y manzanas la situación es cada vez peor, porque se siguen perdiendo hectáreas dedicadas a la actividad, la industria está en crisis y las importaciones en franco aumento. Según las estadísticas del SENASA, en los primeros cinco meses del año se importaron 1.022 toneladas de manzanas, el 96% de Chile y en el mismo período pero del año anterior sólo habían alcanzado las 23 toneladas. Claro, que en todo el 2016 se importaron poco más de 2.900 toneladas pero los productores advierten que el fuerte seda a partir del segundo semestre por lo que este año se alcanzaría el récord histórico de compras en el extranjero de la fruta.
Lo cierto es que los reintegros a las exportaciones de peras y manzanas están estipulados desde diciembre en 8,5% (antes eran de 5%) y en este caso tampoco fue suficiente porque los productores continúan pidiendo medidas concretas para recuperar la rentabilidad perdida.
Similar es la situación de los productores de arándanos quienes recientemente le solicitaron, mediante una carta, al presidente Mauricio Macri que modifique los reintegros al sector (están en 3%) para llevarlos al 12%, como estaban hasta el 2001.
En todos los casos coinciden en una cuestión fundamental: es necesario también bajar los altos costos de producción, cargas fiscales, impositivas y laborales, además de incentivar las exportaciones porque de lo contrario, difícilmente, la Argentina puede convertirse en el supermercado del mundo.