En el marco del XXV Congreso Anual de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid), denominado “Kairós”, se está realizando también el 7° Congreso Mundial de Agricultura de Conservación.
En la apertura del encuentro, además de las palabras del ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile; y del titular de Aapresid, Pedro Vigneau; se escuchó al representante regional de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Julio Berdegué, con un duro mensaje que apuntó a la necesidad de trabajar más en la fase de disminuir el impacto ambiental de la producción agropecuaria.
Obligación moral
“Nuestra generación tiene la obligación moral de construir la agricultura que alimentará a miles de millones de personas y, a la vez, contribuir a mitigar el cambio climático”, subrayó el enviado de la FAO a Rosario.
Según Berdegué, actualmente la producción de alimentos se está haciendo con “costos ambientales insostenbiles”: citó al respecto que más de un tercio de las tierras agrícolas en el mundo están degradadas, por una labranza excesiva o el uso irracional del agua y los agroquímicos.
Por eso, alertó: “El mundo nunca va a tener atmósfera sana con suelos enfermos”.
En esa línea, Berdegué consideró que “la agricultura del futuro es la agricultura del cambio climático” y, sin mencionarla expresamente, defendió a la siembra directa ya que sostuvo que los suelos necesitan varios de los beneficios que esta tecnología brinda, como una menor labranza, mayor cobertura y más aporte de materia orgánica.