La baja en los precios del mercado maicero estadounidense retrajo el nivel de actividad local. Con la caída de los precios externos de referencia, ante la mejora en la condición del cultivo en Estados Unidos y pronósticos de nuevas lluvias para sus regiones productivas claves, y un enfriamiento del dólar estadounidense, los valores escuchados en nuestro recinto de operaciones se ubicaron un escalón más abajo de lo que pretendían los oferentes.
La actividad se concentró en el segmento de las entregas disponibles y contractuales, aunque también atrajo interés el ofrecimiento de los exportadores de pago contra entrega diferida al mes de octubre. Para lo que es maíz de la próxima cosecha 2017/18 el volumen de negocios fue mucho más escueto que en semanas anteriores.
El negocio de la exportación muestra sus claroscuros, lo cual no termina de apuntalar al mercado. En cuanto a precios, con un FAS teórico o capacidad de pago máxima de entre US$ 140 y 142/t y un precio de mercado en torno a los US$ 135/t, el margen de la exportación juega a favor de la actividad. Simultáneamente, las bases FOB para los embarques argentinas resultan competitivas en relación a los que ofrecen nuestros principales competidores, tal como muestra el gráfico adjunto.
En volumen, sin embargo, las exportaciones no vienen expresando su máximo potencial. Las ventas externas comprometidas, tal como surge de las DJVE, suman 16,5 millones de toneladas, dos millones menos que a la misma altura del año pasado, incluso a pesar del salto del 27% (u 8 millones de toneladas) en la producción estimada.
Al mismo tiempo, el sector ya ha comprado algo más de 17 millones de toneladas en la campaña actual, por lo que tiene el stock suficiente para cumplir con el 100% de sus compromisos. Ello puede restarle incentivos para mejorar su disposición a pagar por el grano en el mercado doméstico. Como referencia, a esta altura del año pasado los compromisos de 18,5 Mt se oponían a compras por 13,5 Mt, por lo que debían salir a conseguir 5 millones de toneladas, dando sostén a los precios.
De la evolución que muestren las ventas externas en las próximas semanas dependerá en gran medida que esta campaña no deje un sabor amargo. Cuando todas las condiciones están dadas para batir marcas históricas en embarques de maíz, el freno de mano podría dejar como saldo un stock final muy superior a lo que el mercado venía descontando.
Mientras terminan de afinarse las decisiones de siembra para la 2017/18, aún podemos manejarnos con una previsión de incremento de la superficie respecto del año anterior aunque algo más moderado de las brillantes perspectivas que se tenía hace algunas semanas atrás. El consenso del mercado se ubica entre el 5% y el 8%, considerando que ya la campaña anterior algunas hectáreas que pretendían ser sembradas han debido abandonarse antes de empezar las labores por los excesos hídricos.
Se desinfló el trigo en el mercado externo pero hay una luz para el local
La racha bajista del cereal de invierno no deja ningún mercado afuera. En Chicago, Kansas y Minneapolis los precios del trigo están siendo presionados por la generosa cosecha que se espera en Rusia y el precio FOB del Mar Negro que se ofrece fuertemente por debajo del trigo americano. Por lo tanto, Egipto dirige sus compras al mejor postor desalentando las exportaciones en Estados Unidos. Esta semana licitó 295 mil toneladas de trigo ruso y 60 mil de trigo ucraniano. Bajo este contexto, en el mercado de Chicago el trigo se hundió 9 dólares por tonelada en 7 días hasta tocar los u$s 152/t.
En el mercado local el cereal con entrega en enero 2018 se mantuvo entre u$s 166-168/t. El precio encuentra sostén en la situación productiva de trigo de nuestro principal cliente: Brasil. Según el último informe de Conab, la cosecha del cereal caería de 5,58 a 5,20 millones debido al clima adverso que afecto los rindes del cultivo. Esto infiere que el país carioca demandará más trigo argentino para la próxima cosecha.