Los números fueron estimados por el gerente general del Rofex, Diego Fernández, en base a datos que maneja la Bolsa de Cereales de Rosario.
La estrategia de los productores, estimó Fernández, es utilzar la soja como reserva de valor, y en lugar de vender los granos para hacerse de liquidez y así tener capital de trabajo, prefieren guardar la soja o el maíz y tomar deuda en dólares a una tas adel 4% anual. En esto aprovechan la abundancia de dólares que tiene el sistema financiero local. La jugada es esta: retener la soja (que ayer cotizaba a 244,5 dólares en Rosario) o venderla a futuro a noviembre ((US$ 252,5 dólares), que le da una ganancia del 8% anual contra una deuda tomada al 4% anual.
Hacia adelante y con los precios de hoy, parece un buen negocio. Pero a los que, por ejemplo, vienen reteniendo la soja desde hace un año no les fue muy bien. El dólar más o menos planchado, o creciendo menos que la inflación, les generó un quebranto importante, dado que los costos siguieron subiendo a un ritmo mayor que el dólar.
"Por un motivo o por otro, al productor local le cuesta vender la soja, la prefieren al peso, desde ya, pero también al dólar, en la jerga, están "long" en soja" resumió Fernández.
Por cierto al Banco Central no le quita el sueño esa actitud de los productores.
Lejos de acusarlos de tomar una actitud "desestabilizante" y nociva para el mercado cambiario, tal vez agradezcan que esos granos no se conviertan en dólares, porque la presión bajista sobre el valor del tipo de cambio relanzaría la discusión por el "atraso cambiario".
Con todo, las liquidaciones de divisas se acentuaron en la semana post paso, superada la incertidumbre electoral.