La entidad señaló que "el impacto económico que tendría sobre la actividad alcanza 26.200 millones de pesos, proyectando lo que no se sembrará con soja, maíz y girasol, además de las pérdidas en trigo, y estimando los perjuicios en ganadería, lechería e infraestructura".
El reporte detalló que esa cifra es "52 veces el Fondo de Emergencia Nacional, que el Ministerio de Agroindustria tiene previsto para el sector en estos casos, que desde 2009 es de 500 millones para todo el país".
La institución sostuvo que, tras comenzar la siembra gruesa 2017/2018, en la llanura pampeana, la situación es "desesperante" y resaltó que "toda la cuenca del Río Salado, desde la desembocadura en la Bahía Samborombón extendiéndose hasta zonas de La Pampa y sur de Córdoba, pasando por el oeste de Buenos Aires, se encuentra en graves problemas hídricos producto de las elevadas precipitaciones de 2017".
"Parte de esas zonas, como el partido de General Villegas, tienen problemas desde hace más de 15 meses y los impedimentos que generan las inundaciones abarcan la pérdida de miles de hectáreas de soja y maíz que no se pudieron cosechar, cientos de miles de litros de leche que se tuvieron que tirar y la pérdida de terneros y vacunos en general", precisó Carbap.
El informe reveló que "las pérdidas no solo son productivas, sino también de infraestructura, sobre todo la parte vial, que está colapsada y pone en juego la vida rural", al tiempo que mencionó que la "imposibilidad de llegar a los campos y escuelas rurales que no pueden dictar clases se convirtieron en un cóctel explosivo que hizo que en muchas zonas aisladas tuvieran que ser abandonadas ante el avance del agua".