El juez Elihu Berle reafirmó una decisión previa en un caso entre una pequeña ONG y 90 compañías que producen o venden café.
Berle explicó en su fallo que las compañías --que incluye a Starbucks Corp., Keurig Green Mountain Inc. y Peet's Operating Co.-- no pudieron demostrar que los beneficios para la salud del consumo de café superan los riesgos de contraer cáncer por un químico producido durante el proceso de tostado.
El Council for Education and Research on Toxics (Consejo para la educación e investigación sobre tóxicos) demandó a estas compañías en 2010, inspirado en una ley de hace 30 años que requiere que las empresas coloquen etiquetas de advertencia a sus productos que puedan causar cáncer.
El grupo argumentaba que la acrilamida --un químico sin sabor que se encuentra en la mayoría de los tipos de café- figura entre los cientos de productos químicos enumerados en California como potencialmente cancerígenos o dañinos para la salud.
La defensa no negó que la sustancia se halle en el café, pero aseguró que no representaba riesgo y que un subproducto natural del proceso de tostado, así como también indicaron que los beneficios de beber café superaban a los peligros.
El juez, sin embargo, consideró que "los demandados no ofrecieron pruebas sustanciales para cuantificar la cantidad mínima de acrilamida que requiere el café" y que no haya riesgo a la salud pública.
Varias de las empresas demandadas, incluida 7-Eleven, querían llegar a un acuerdo antes de la decisión del juez y no arriesgarse a tener que colocar la etiqueta, pero otras como Starbucks decidieron esperar por el fallo de la corte.
El abogado Raphael Metzger, que representó a la ONG, dijo que las partes entraron en un proceso de mediación pero aseguró que si no se logra un acuerdo, las compañías enfrentarán sanciones civiles.
Además del café, la acrilamida se encuentra en otras comidas cocinadas a alta temperatura, como las papas fritas y las galletas de soda.