La producción de cereales, leguminosas y oleaginosas de este año será en un 4,4 % inferior a la de 2017, de acuerdo con los datos divulgados por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas (IBGE).
Pese a esa reducción, la cosecha de este año superará tanto la de 2016 (185,8 millones de toneladas) como la de 2015 (209,7 millones de toneladas).
Brasil tendrá este año una producción menor pese a que el área cultivada se mantendrá prácticamente igual a la de 2017 y se extenderá por 61,2 millones de hectáreas.
La soja, el maíz y el arroz, en ese orden los granos más cultivados en Brasil, serán responsables por el 87 % del área cultivada y por el 92,9 % de toda la producción.
La elevación del 2,6 % en el área cultivada con soja permitirá que la producción de esta oleaginosa se eleve en un 0,6 %, hasta el récord de 115,6 millones de toneladas, prácticamente la mitad de toda la cosecha brasileña.
La reducción del 7,3 % en el área destinada a los cultivos de maíz, por su parte, disminuirá su cosecha en un 13 %, hasta 86,5 millones de toneladas.
Igualmente por una reducción del 3,5 % en el área con cultivos de arroz, la producción del grano encogerá un 6,8 %, hasta 11,6 millones de toneladas.
En cuanto al café, del que Brasil es el mayor productor y exportador mundial, el instituto calcula que su cosecha llegará a 3,3 millones de toneladas (55,3 millones de sacos de 60 kilos), con un crecimiento del 19,5 % con respecto a la de 2017, gracias a que los cultivos se han beneficiado este año con un clima más lluvioso.
Según el organismo, 18 de los 26 productos analizados tendrán este año una producción superior a la de 2017, destacando los saltos en las cosechas de cacahuete (400 %) y ricino (100,7 %).
También crecerán, entre otras, las producciones de cebada (48 %), trigo (32,5 %), avena (23,5%), algodón (16,3%) y caña de azúcar (2,4%).
La fuerte expansión de la producción agrícola ayudó a Brasil a registrar un crecimiento económico del 1 % en 2017, tras la recesión más profunda del país en las últimas décadas y de dos años seguidos de retracción (-3,5 % en 2015 y -3,5 % en 2016).
Según el Gobierno, la recuperación económica fue impulsada principalmente por el sector agropecuario, en el que Brasil es una potencia, cuya producción se expandió el año pasado en un 13 % gracias a la cosecha récord de granos.