El 59 por ciento de los costos de los productores de soja están dolarizados, mientras que el impacto en la otra parte de la suba del tipo de cambio es de forma indirecta, a través del valor de los fletes y combustibles, según la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo Argentino (Fada).
“Si se analiza la estructura de costos de los cultivos de acuerdo a la moneda en la que están expresados, se puede identificar que 59 por ciento de los costos de una hectárea de soja están estrictamente dolarizados, mientras que 41 por ciento están pesificados”, indicó Fada en su último informe difundido esta semana.
El documento precisó que “el componente en pesos también suele tener una alta relación con el dólar por dos motivos: la rápida transmisión de la devaluación a los precios que hay en una economía inflacionaria como la argentina”.
La segunda razón es que “dentro de los costos pesificados está, por ejemplo, el flete cuyos costos dependen en gran medida del precio del combustible, que está ligado directamente al precio del petróleo y del dólar”.
En el caso del maíz, “como los fertilizantes y semillas tienen más peso que en el caso de la soja, los costos dolarizados ascienden a 62 por ciento de la estructura, mientras que los pesificados alcanzan 38 por ciento”, completó Fada.