El candidato presidencial brasileño Jair Bolsonaro habló este jueves a la noche por primera vez después haber recibido una puñalada que pudo costarle la vida durante un acto de campaña en Minas Gerais.
En un video difundido en las redes sociales por el candidato al senado Magno Malto se ve al candidato derechista decir con voz débil que nunca hizo mal a nadie y que el momento de ser acuchillado fue como haber recibido un golpe en la boca del estómago.
"El dolor era insoportable y parecía que algo más grave estaba sucediendo", dice.
En la filmación el candidato también agradece al equipo de médicos y enfermeros que, dijo, impidió que lo peor sucediera.
"Yo me preparaba para un momento como este, porque uno corre riesgos", agrega.
Por su parte, Flávio Bolsonaro, uno de los hijos del candidato, dijo que con el atentado "acaban de elegir al nuevo presidente".
Es un milagro que esté vivo. Si se hubiese demorado cinco minutos más para llegar al hospital, estaría muerto
"Un mensaje para esos bandidos (…): acaban de elegir al nuevo presidente y será en la primera vuelta", declaró, tras visitar poco después de medianoche a su padre en la Santa Casa de Misericordia de Juiz de Fora.
Mientras otro hijo, el deputado federal Eduardo Bolsonaro, afirmó que "es un milagro que esté vivo". "Si se hubiese demorado cinco minutos más para llegar al hospital, estaría muerto".
Bolsonaro, líder en las encuestas para la primera vuelta del 7 de octubre, fue ingresado el jueves por la tarde con un cuadro vital comprometido: hemorragia interna, tres perforaciones en el intestino delgado, una lesión grave en el intestino grueso y otra en una vena del abdomen.
Tras ser intervenido, su estado era "estable por el momento", indicó por la noche el último parte médico.
Su familia quiere trasladarlo al Hospital Sirio-Libanés de Sao Paulo, pero un examen de profesionales de ambas instituciones concluyó que "el paciente carece por el momento de estabilidad hemodinámica para ser trasladado", indicó la Santa Casa.
El ex capitán del Ejército y diputado, de 63 años, fue atacado cuando sus seguidores lo llevaban en andas durante una caminata de campaña.
El presunto autor, detenido rápidamente, fue identificado como Adélio Bispo de Oliveira, un ex militante del partido de izquierda PSOL, que explicó a la policía haber actuado en cumplimiento de "una misión divina, una misión de Dios".
Un puñado de simpatizantes de Bolsonaro permaneció frente al hospital hasta altas horas de la noche, alentando a su líder al grito de "¡Va a ganar!". Uno de ellos, Caio Bellote, de 28 años, duda de que se tratase del ataque de un hombre aislado: "Creemos que fue una acción partidaria, premeditada, de militantes políticos", afirmó.
El hashtag #ForçaBolsonaro lideraba varias horas después del ataque los trending topics de Twitter en Brasil y sus partidarios recurrían a una imaginería patriótica, anticomunista y religiosa, por ejemplo con un Jesús guiando la mano de los médicos que operaban a su líder.