El nuevo titular del Banco Central, Guido Sandleris, anunció un nuevo régimen de política montería que regirá desde el 1 de octubre que contempla una banda cambiaria con y sin intervención que se ajustará a una tasa del 3% mensual hasta fin de año y una fuerte restricción de la base monetaria, de base cero, con el fin de reducir la inflación.
En una conferencia que brindó en el salón Bosh del BCRA tras el anuncio del nuevo acuerdo con el FMI, Sandleris especificó se intervendrá en el mercado cambiario "en caso de que el tipo de cambio muestre excesiva volatilidad", dijo y para ello se aplicará una banda cambiaria con dos zonas: no intervención y zona de intervención cambiaria.
La zona de no intervención se inicia con un dólar de entre $ 34 y $ 44 pesos que se ajustará diariamente, a una tasa del 3% mensual hasta fin de año, lo que daría una proyección de $48,08 a diciembre. En cambio si la divisa está excede esos límites se realizarán ventas por u$s 150 millones diarios "para dotar de liquidez el mercado". Ello implicará que "se van a retirar los pesos que se obtengan por los dólares", analizó.
Con la nueva política monetaria el presidente del Banco Central afirmó que "se inicia una nueva etapa; dejamos atrás las intervenciones cambiarias".
La otra medida será un "muy estricto control de la cantidad del dinero en la economía", con el objetivo de que "la base monetaria crezca cero, de acá a junio del año que viene", precisó Sandleris. Según el economista con la contracción monetaria se podrá recuperar la estabilidad y señaló que la expansión monetaria venía creciendo al 2,2% mensual.
Además el titular del BCRA informó que la meta monetaria será implementada mediante operaciones diarias de Letras de Liquidez (LELIQ) con los bancos. Ajustes en los requisitos mínimos de liquidez también se podrán utilizar para alcanzar la meta de base.
Al mismo tiempo, el BCRA continuará con el cronograma de desarme de LEBAC. Ya que al establecerse la cantidad de dinero de forma exógena, la tasa de interés de las LELIQ será determinada por la oferta y demanda de liquidez, y será la necesaria para cumplir con el compromiso de crecimiento nulo de la base.
Sin embargo se aclaró que "hasta que no se vea evidencia de una definitiva desaceleración inflacionaria, el BCRA se compromete a mantener la tasa mínima de las LELIQ al 60%".
"La Argentina necesita de un ancla simple y contundente", indicó enfático Sandlris y para resumir explicó que el principal objetivo es "reducir la inflación" y el segundo objetivo "asegurarnos de que no volveremos a experimentar la volatilidad nominal que vivimos en los meses recientes, que genera mucha incertidumbre y daños a la actividad de la economía".