“Está cada vez más claro que hay que cambiar la manera en que se hace la agricultura, hay que cambiar el paradigma, porque el paradigma simplificador productivista, que busca transformar todo en una receta única, está colapsando”.
Así lo indicó Santiago Sarandón, investigador independiente de la Comisión de Investigaciones Científicas de la Provincia de Buenos Aires y profesor titular de la Cátedra de Agroecología de la Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales de la Universidad Nacional de La Plata, durante una conferencia realizada hoy en la ciudad de Buenos Aires en el marco del evento de la FAO “Semana de la Agricultura y la Alimentación”.
“¿Esto es consecuencia de aplicar mal un buen modelo o es un modelo equivocado? Esta es la gran cuestión. La causa del problema hay que entenderla”, aseguró.
“Las tecnologías desarrolladas para la agricultura (moderna) logró modelos de alta productividad y aparentemente rentables, y digo eso porque se está cuestionado mucho el cálculo de esa rentabilidad debido a la gran cantidad de energía que requiere”, apuntó.
Sarandón dijo que “el problema es que ese paquete tecnológico comienza a resquebrajarse y se empiezan a percibir un montón de problemas ambientales”, además de tratarse de un modelo para pocos “por hay que comprar cosas para que funcione”.
“La sociedad empieza a decir basta; eso que yo pagué y que lo aprendiste en la universidad pública, hacelo por favor a mil metros del pueblo porque no soportamos la manera que tienen de resolver los problemas agropecuarios”, señaló Sarandón.
La agroecología –expresó– “surge como respuesta a esa crisis, empenzando a identificar las causas del problema y replanteándose, con gran dificultad para muchos de nosotros, que podemos estar equivocados y que necesitamos un nuevo paradigma, una revolución del pensamiento en las ciencias agropecuarias”.
“Lo que se busca no es reemplazar un paquete tecnológico por otro, sino generar grandes ideas que, si bien son universales, deben ser adaptadas a cada sitio específico. Una de las características de la agroecología es que intenta disminuir el problema de la insumo-dependencia, evitando usar productos que son caros y muchas veces también peligrosos”, indicó.
Sarandón dijo que el insumo base de la agroecología son los procesos ecológicos aplicados a la producción agropecuaria “¿Es posible dejar de aplicar pesticidas? Sí, es posible. ¿Es fácil? No, pero se puede aprender, hay que aumentar la biodiversidad, porque la biodiversidad cumple esas funciones, como la regulación de plagas y enfermedades”.
El problema –según Sarandón– es que aún no se disponen de indicadores para medir adecuadamente la biodiversidad, dado que, además del recuento de especies, es necesario aprender cómo interactúan unas con otras. “Si pongo calabazas con el maíz, baja la biomasa de malezas; es otro modelo conceptual porque cambia las causas estructurales que generan la aparición de malezas”.
“Este modelo (actual) es insostenible: no es la técnica (empleada) ni la distancia (de las aplicaciones de fitosanitarios); es el modelo. Eso requiere un nuevo paradigma y hay que cambiarlo. Y ahí aparece la agroecología como una nueva propuesta socialmente más justa y ambientalmente más adecuada”, concluyó.