Atento a los casos de leptospirosis detectados en la ciudad de Santa Rosa, La Pampa, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) recuerda a la población medidas de prevención de esta enfermedad.
La leptospirosis es una zoonosis bacteriana, infectocontagiosa y de distribución mundial, que afecta a animales domésticos y silvestres. Los mamíferos cumplen un rol importante dentro de la epidemiología en la transmisión hacia las personas. Esta enfermedad puede producir brotes con alta tasa de morbilidad, motivo por el que la vigilancia sistemática es imprescindible para elaborar estrategias de prevención y control.
Las personas pueden contraer la infección al entrar en contacto con la orina de animales infectados; por eso, el contagio está vinculado con condiciones de vida, actividades recreativas o laborales que favorecen el contacto con animales infectados o con agua o suelos contaminados por la orina de los reservorios.
La leptospirosis se manifiesta en principio como un cuadro gripal con fiebre, malestar general, dolor de cabeza y musculares. Luego, se puede presentar una segunda fase de mayor gravedad. Es importante tener en cuenta que puede ser subdiagnosticada por la baja sospecha clínica, porque se suele confundir con otras enfermedades y por la dificultad en el diagnóstico de laboratorio.
Si se han realizado actividades o tareas de riesgo, ante la aparición de estos síntomas es necesario consultar a un médico en forma inmediata, dado que esta enfermedad puede resultar mortal.
La trasmisión puede presentarse de manera directa o indirecta. La trasmisión directa generalmente origina casos aislados; se produce por contacto con sangre, tejidos, órganos u orina de animales infectados y excepcionalmente por ingesta de agua o alimentos contaminados, en presencia de lesiones de la orofaringe o esofágicas.
La trasmisión indirecta es la más frecuente y generalmente ocasiona brotes epidémicos. Se produce por el contacto de las mucosas y/o piel con agua, lodo, terrenos o vegetación contaminada con orina de animales infectados.
La cantidad de casos se incrementa con el aumento de lluvias y temperatura, aunque puede ocurrir a lo largo de todo el año. Los brotes de leptospirosis suelen aparecer luego de desastres naturales tales como inundaciones y huracanes. En cada región específica, el riesgo de infección humana variará dependiendo de la oportunidad directa o indirecta del contacto.
Prevención en las personas
Las especies más involucradas son los roedores y los animales domésticos, especialmente el perro, el ganado bovino y el porcino.
La mejor forma de controlar la enfermedad es prevenirla mediante actividades de promoción de la salud, saneamiento, protección de grupos de riesgo y de animales domésticos.
Se debe estimular la reducción del riesgo de contacto con los roedores, su orina o excrementos.
Además, fortalecer la higiene en el hogar, combatir roedores en domicilios y alrededores, y tapar los orificios de las viviendas por donde puedan ingresar estos animales.
Es importante aplicar medidas de eliminación como cebos y trampas en los lugares de riesgo, controlándolos y renovándolos periódicamente.
En las áreas cercanas al domicilio se debe evitar proveer de refugio a roedores, manteniendo los alrededores ordenados, removiendo escombros y basura, y manteniendo cortos los pastos y arbustos.
Mantener los residuos en recipientes cerrados de preferencia lejos del suelo hasta su destino final, para evitar que sean fuente de alimento para roedores y cerdos.
Almacenar los alimentos en lugares secos y frescos, dentro de frascos, envases de plástico o lata con tapa a más de 50 cm del suelo (no usar bolsas para guardarlos ya que los roedores las rompen fácilmente). Vigilar periódicamente que estén libres de excremento de roedores o señales que indiquen la presencia de los mismos.
Prevención en animales
Otro aspecto clave será proteger a los animales domésticos (caninos) y de interés económico (cerdos, bovinos y equinos) mediante la inmunización. Aunque la vacunación no es obligatoria, se recomienda en zonas endémicas y/o inundables.
La vacunación de los caninos se debe realizar cada 6 meses (la infección en los perros constituye un riesgo potencial de transmisión al humano si hay contacto con orina de perros infectados o sangre de perros enfermos).
Impedir el acceso de ratas y ratones, y construir reservorios de agua, establos, patios y corrales a prueba de roedores.
Limpiar, desinfectar y aislar con cercos, los lugares destinados para la crianza del ganado.
Evitar tocar animales enfermos o muertos, fetos, placentas, órganos (riñones, vejigas) con las manos sin protección y evitar asistir sin guantes a los animales cuando están pariendo.
En caso de identificación de animales domésticos infectados, separarlos de los demás.