Según el último informe presentado por el Insituto Nacional Vitivinícola (INV), en el acumulado de los primeros siete meses del año se registraron fuertes caídas tanto en el consumo interno como en las exportaciones. La baja del primero preocupa al sector, en un año donde la producción fue baja.
De acuerdo a lo registrado por el INV, las ventas de vino para el consumo interno cayeron un 10,35% en el acumulado enero a julio, con respecto al mismo período del año anterior, mientras que las exportaciones también disminuyeron en el mismo período, en una proporción similar, al descender un 10,77%. La caída en el consumo interno implica una reducción de 603 mil hectolitros, mientras que la baja de las exportaciones significó 176 mil hectolitros menos de ventas.
En cuanto al consumo interno, los números no son alentadores. La caída en el mes de julio con respecto a igual mes del año anterior fue del 14,9%, es decir, mayor aún a la baja acumulada de los siete primeros meses.
En cuanto a la composición de la caída, los informes presentados por el INV registran para julio la mayor disminución en la venta de botellas con una baja del 22,9% interanual y un 2,7% en los vinos en tetra-brik. En el acumulado de los meses de enero a julio la menor venta de botellas es de un 8,75% y del 12,5% en el caso del envase de cartón. Es decir que en julio se observó un fenómeno nuevo, al caer más la venta de botellas, que representan vinos de precios mayores.
Por otra parte, los vinos varietales sufrieron una caída de ventas en el mercado interno en julio del 20,24%, mientras que los genéricos un 13,62%. En el acumulado anual, las disminuciones fueron respectivamente 10,30% y 10,62%.
La venta interna acumulada en los primeros siete meses del año los 5,23 millones de hectolitros. Según las últimas estadísticas entregadas por el INV y según los especialistas del sector, no se espera poder revertir la situación de caída en el mercado interno en el acumulado anual. El consumo local explica aproximadamente el 75% de las ventas del sector, y de allí la preocupación que está suscitando, aun cuando en el año se espera una producción menor. El proceso inflacionario y la caída de poder adquisitivo de la población, junto con la permanente competencia con la cerveza se ven como los principales factores en la disminución del consumo.
En cuanto a las exportaciones, el volumen cayó en un 10,77% en los primeros siete meses con respecto al año anterior, aunque la caída del valor de las mismas fue del 6,72%. El mes de julio, en particular mostró una mejora relativa en el volumen exportado al caer solamente un 2,18%, aunque en valores cayó un 9,59%. Desde ya, esto está indicando la salida exportadora de vinos de menor precio promedio.
Las voces del sector
Desde el sector mostraron su preocupación. Sergio Villanueva, gerente de la Unión Vitivinícola Argentina (UVA), declaró que “lejos de recuperarse, la caída parece ahondarse, es grave para la industria. Venimos de la cosecha más baja en 56 años, lo que impulsó el costo de la materia prima, las uvas. Así, en un contexto general de caída del consumo, el vino vio subir más sus precios relativos. Y agregó que “afecta mucho la caída en botella abierta (en restaurantes y bares), lo que da una pauta de la crisis generalizada del consumo”.
La disminución del poder adquisitivo junto con la competencia fuerte de otras bebidas influyen de forma directa sobre la elección del consumo. En este sentido, Villanueva indicó que “cayó el salario real, la confianza del consumidor, el empleo; la gente restringió mucho el consumo, y el vino en particular tuvo que actualizar precios por el alza de la materia prima en un momento recesivo. No hay ninguna variable que nos permita ser optimistas".
Respecto a las esperanzas puestas sobre el sector exportador, el gerente de la UVA dijo que se intenta mantener el mercado externo debido a la dificultad futura de recuperarlo pero que, a su vez, “por los altos costos internos, el tipo de cambio no tiende a recuperarse, sino a atrasarse. Es un círculo vicioso y una situación compleja. El regalo de fruta de productores en Plaza de Mayo expresa la crisis de las economías regionales”. Villanueva concluyó que “la industria vitivinícola está en una situación muy compleja, quizás en la más compleja de los últimos tiempos”.