A un mes de las elecciones primarias que podrían funcionar como “primera vuelta” para el panorama político argentino, el analista y columnista de Palabra de Campo -por Radio 10- Sebastián Dumont, explica algunas de las características fuertes de esta campaña.
En primer lugar, ya empezaron a jugar desde las redes sociales con la profundización de algo que viene creciendo en los últimos años y explotó con el auge de las redes sociales para hacer campaña: las fake news.
Esta, explica Dumont, es la campaña menos fácil de controlar porque escapa de los métodos tradicionales y se difunde fácil y muy rápido algún dato, información o archivo que luego será difícil de volver atrás. Eso genera impacto.
Sin embargo, remarca que no es tan diferente a lo que sucede con las campañas históricas, que siempre levantan temperatura, se dicen cosas falsas o erróneas para usar como chicana, pero no impide un próximo y posible abrazo de candidatos.
Lo que sí pasa en esta oportunidad es que hay una enorme posibilidad de que la elección se defina entre dos sectores, lo que abre un signo de interrogación acerca de cuáles serán las terceras fuerzas políticas que y qué lugar van a ocupar si quedan tan distantes del macrismo y kirchnerismo en agosto.
La pregunta, aclara, es si subsistirán para las elecciones generales de octubre. Es que, según advierte, entre Lavagna, Espert y el Frente de Izquierda, hay de 15 a 17 puntos. Es una diferencia enorme con lo que pasó en 2015, cuando la tercera fuerza fue Sergio Massa, que capitalizo -solo- el 20% del electorado.
Y por lo que dicen las encuestas, estos tres partidos ni siquiera alcanzan ese número este año. Sin embargo, y ahí marca otra característica clave, las encuestas publicadas son por lo general una búsqueda de generar escenario. Eso ha pasado en la última semana, cuenta, cuando incluso la sumatoria de los votos de una encuestadora terminó dando 105%.
Por eso, indica, hay que prestar mucha atención, ya que el objetivo será seguramente generar una sensación de que podría haber fuerte paridad entre el oficialismo y la principal oposición. Algo que, en realidad, dependerá de la zona relevada.