Esta situación estaría vinculada con la caída de los precios de los granos a nivel internacional. “En el último bimestre se registró un deterioro de los resultados esperados para la agricultura que, si bien varía entre zonas, se podría situar en promedio en una caída del 10 por ciento”, señala el documento.
ANÁLISIS. La demanda mundial de soja, ¿un piso para los precios?
El principal factor bajista es la caída de los precios a cosecha, que en el último mes retrocedieron 3,8 por ciento para la soja; 1,4 por ciento en el caso del maíz; y 8,1 por ciento para el trigo.
Uno de los socios de la consultora, Teo Zorraquín, participó de la Jornada Soja con Sustentabilidad de Agrovoz y allí anticipó que los márgenes volvieron, pero acotados.
Efecto retenciones
Otro aspecto interesante del informe de Zorraquin+Meneses es que muestra cómo esta baja de precios está neutralizando el efecto positivo que tuvo la baja de retenciones del 35 al 30 por ciento para la soja, y su eliminación para maíz y trigo. Es decir, los precios mejoraron, pero no tanto como podría haberse previsto inicialmente.
ESTRATEGIAS. El maíz perdió algo de aire, pero está lejos de desinflarse
Hace un año, la soja a mayo cotizaba localmente a 212,80 dólares la tonelada, mientras que ahora se sitúa a 254 dólares; es decir, aumentó 19,4 por ciento. El maíz, con entrega en abril, pasó en doce meses de 121,50 dólares a 145,50 dólares (+ 19,8 por ciento) y el trigo a enero, sólo subió cuatro por ciento, de 137,5 dólares a 143 dólares.
“En términos relativos, se observa que en el caso del trigo, a pesar de no tener retenciones casi no hay mejora en el precio. En el maíz si no hubiera habido quita de retenciones el precio generaría márgenes económicos negativos. Y en la soja la mejora en el precio internacional sumado a la pequeña quita de retenciones generó un aumento de casi el 20% del precio”, detalla el informe.
A mirar el Congreso
Por otro lado, el reporte de la consultora también recomienda prestar atención a tres leyes aprobadas o en proceso en el Congreso de la Nación que constituyen una oportunidad: la Ley Pyme, la Ley de Emprendedores y la Ley de Blanqueo.
“Son alternativas deben ser estudiadas con detenimiento por las empresas agropecuarias porque pueden significar verdaderas oportunidades. Muchas veces nos dejamos llevar por la coyuntura de las variaciones de precios, o si se toma o no determinada decisión política, y se nos escapan estas herramientas que hacen a la mirada empresarial de largo plazo”, subrayó Alejandro Meneses, socio de la consultora.
Los motivos de por qué hay que atender a estas normativas, se pueden observar en el informe completo que se reproduce a continuación.