El consumo de vinos ha aumentado alrededor de 2% en el acumulado de lo que va del 2019. Todo eso, en medio de la crisis económica, y en un contexto que es más que adverso para el rubro de bebida en general, con las cervezas y gaseosas cayendo en sus ventas dentro del mercado interno, y llegando a cifras de dos dígitos en esa disminución.
Sobre eso hablaron Carlos Fioccheta y Sergio Villanueva, gerentes de Coviar y la Unión Vitivinícola, en su paso por Radio Campo -por Radio Colonia-, donde advierten que, respecto de lo que pasa con la caída general del consumo, la caída de poder adquisitivo de los compradores, y lo que ocurre con las bebidas sustitutas, el aumento de 2% en el consumo de vinos es una gran noticia. Además, la industria destaca la necesidad y la importancia de sostenerse dentro de los diez principales mercados mundiales de vino.
En el caso de las exportaciones, también vienen con una tendencia positiva que, de todas maneras, se ha ido aminorando. Es decir, en lo que va del año las ventas al exterior siguieron creciendo pero no a los números de hasta tres dígitos que había logrado el año pasado.
Ambos mercados, el interno y externo, miran atentos, explicaron, los números que puedan arrojar los últimos meses del 2019, que se comprarán con la segunda mitad del 2018, momento en el que se implementaron retenciones y se devaluó abruptamente el peso argentino.
El vino venía de dos cosechas malas en 2016 y 2017, y eso generó precios muy altos que alejaron a los consumidores porque el vino no estaba al alcance de sus bolsillos. Hoy, sostuvieron, la situación es inversa: el vino es muy económico respecto de otras bebidas. Y, si bien la gente no cambia rápidamente de gustos sino se va adaptando lentamente a otras tendencias, los precios juegan siempre una mala o buena pasada.
Además, explicaba Villanueva, en los segmentos más bajos se empieza a aprovechar lo que rinde el vino, ya que lo toman con soda o lo hacen rendir más, en general, que a una botella de cerveza. Sin embargo, si la crisis se agudiza incluso dejarán de comprarlo, porque el rubro no está dentro de los de primera necesidad y siente cada crisis.
Viniendo de dos años malos, la apuesta del sector es ahora recuperar a los consumidores. Para eso, la estabilidad aportaría a un precio razonable tanto para quienes compran en supermercados y almacenes como para la industria, que tiene que remunerar a sus productores a partir de ese valor, algo que en este momento no es fácil.