Entre tanto revuelo, está difícil sacarle una foto a cualquier actividad. La ganadería, que venía en repunte, también lo está viendo. La foto de hoy está enmarcada claramente por la incertidumbre política y económica, explica Federico Santangelo, director de la consultora Agroideas, que dialogó con Palabra de Campo -por Radio 10.
El especialista advierte que nunca la ganadería acompaña las subas del dólar de forma instantánea, algo que sí pasa con los granos. En esta actividad, comenta, eso tarda mucho más tiempo y no llega a hacerse eco de toda la devaluación.
Después de las PASO se redujo sustancialmente la oferta, tras una devaluación que superó el 30%. En esos días, recuerda, la hacienda picó un 25% y ahora empezó a retroceder nuevamente.
A eso se sumó el cepo, agrega, que genera que el productor pueda vender soja pero no comprar dólares. El ganadero piensa en juntarse y comprar terneros o reproductores, asegura el director de Agroideas.
Mientras tanto, los terneros subieron y se consiguen por no menos de 80 pesos el kilo. “Los reproductores andan bien, pero dependen mucho de los plazos de pago”, dice, y enfatiza en que “es muy difícil hacer negocios así”.
La ganadería es un ciclo de largo plazo, claro, y mientras pasan los procesos electorales el productor está pensando en el último recuerdo que tiene de muchos de los que hoy podrían volver al poder, que no es precisamente bueno, explica Santangelo: "Eso genera mucha incertidumbre".
Tarea aparte viene haciendo el clima, porque la sequía ya preocupa a muchas zonas: “Se acaban los pastos, las vacas están en parición, hay problemas de falta de estado corporal, y hay vacas que se caen, algunas que se mueren, y el productor sale a venderlas antes de que eso pase”, cuenta, y adelanta que “si bien el panorama el complicado, hay relativos buenos valores, y eso nos deja mejor que hace un año”.
