Evo Morales renunció a la presidencia de Bolivia cercado por las exigencias de la oposición y este lunes los tildó de “racistas” y “golpistas”. En tanto, la policía boliviana negó que exista una orden de detención en su contra.
“(Eduardo) Mesa y (Luis Fernando) Camacho, discriminadores y conspiradores, pasarán a la historia como racistas y golpistas. Que asuman su responsabilidad de pacificar al país y garanticen la estabilidad política y convivencia pacífica de nuestro pueblo. El mundo y bolivianos patriotas repudian el golpe“, tuiteó Morales este lunes.
A continuación, el exmandatario expresó: “Muy agradecido con la solidaridad del pueblo, hermanos de Bolivia y el mundo que se comunican con recomendaciones, sugerencias y expresiones de reconocimiento que nos dan aliento, fortaleza y energía. Me emocionaron hasta hacerme llorar. Nunca me abandonaron; nunca los abandonaré“.
En tanto, la policía boliviana negó este lunes que exista una orden de detención en contra de Morales, quien había denunciado por Twitter que había planes para apresarlo.
“Quiero hacer conocer a la población boliviana que no existe orden de aprehensión alguna contra funcionarios del Estado como Evo Morales y los ministros de su gabinete“, dijo al canal privado Unitel el comandante nacional de la Policía, Yuri Calderón y aclaró que “es la Fiscalía, y no la Policía, la entidad que emite las órdenes de aprehensión”.
El jefe policial aseguró que “la orden ha sido emitida para los presidentes de tribunales departamentales electorales y los vocales departamentales de las cortes electorales“.
También se ordenó aprehender a María Eugenia Choque, hasta el domingo presidenta del Tribunal Supremo Electoral, y Antonio Costas, quien renunció a la vicepresidencia del organismo electoral poco antes de que termine el escrutinio de las elecciones del 20 de octubre y en medio de protestas por un eventual fraude para la reelección de Morales.
Hasta el momento se han ejecutado 25 órdenes de aprehensión en contra de presidentes y vocales de los diferentes tribunales electorales departamentales, precisó Calderón.
Morales denunció que corre el riesgo de ser detenido ilegalmente y que grupos violentos asaltaron su domicilio. “Denuncio ante el mundo y pueblo boliviano que un oficial de la policía anunció públicamente que tiene instrucción de ejecutar una orden de aprehensión ilegal en contra de mi persona; asimismo, grupos violentos asaltaron mi domicilio. Los golpistas destruyen el Estado de Derecho”, escribió en Twitter.
Morales renunció de palabra, pero hasta el momento no se ha conocido en tal sentido ninguna carta suya, ni de su vicepresidente, Álvaro García Linera. Los movimientos ciudadanos contrarios a Morales decidieron mantenerse movilizados pese a su anunciada renuncia porque temen que ocurra lo mismo que en Venezuela en 2002, cuando el entonces presidente Hugo Chávez fue derrocado y retomó el poder en 48 horas.