El incremento de la superficie ocupada por especies leñosas y su densidad –conocido como arbustización– es una problemática de escala mundial, sobre todo en sistemas áridos y semiáridos como el pastizal pampeano semiárido de la Argentina.
A raíz de la demanda de productores preocupados por la invasión del chañar y su incidencia en la producción de forraje para el ganado vacuno, investigadores del INTA y del Conicet realizaron un estudio para evaluar los distintos factores que podrían favorecer la expansión de esta especie hacia el sureste de la provincia de San Luis. A largo plazo, el conocimiento obtenido contribuye al diseño de estrategias de manejo.
De acuerdo con Ruth Rauber, investigadora del INTA San Luis y Conicet, el cambio de las frecuencias de fuego podría ser un factor que contribuye al aumento de chañar. “Los productores nos planteaban que originalmente controlaban la población de chañar con fuegos y que, a partir de la Ley de Bosques que limita y en muchos casos prohíbe los fuegos prescriptos, explotó la población de chañar”, señaló Rauber, quien trabajó en el estudio junto con Manuel Demaría, investigador del INTA, y Alicia Cendoya, becaria INTA-Conicet.
En esta línea, Rauber sostuvo que la intensificación del pastoreo vacuno promovería el desarrollo del chañar, debido a que el consumo de pastos disminuye su capacidad competitiva y favorece el crecimiento de las arbustivas que no son consumidas por el ganado. “En términos generales, el cambio de uso de la tierra podría estar favoreciendo el proceso”, dijo Rauber.
En el marco del estudio, los investigadores se propusieron conocer el sistema desde una perspectiva ecológica, identificar los factores que podrían asociarse con la expansión del chañar como herramientas para el diseño de estrategias de manejo sustentables. El trabajo se desarrolló a partir de la caracterización de isletas, denominación que reciben cada agrupación de chañares.
Los relevamientos a campo arrojaron una alta heterogeneidad en las comunidades vegetales bajo los chañares. “Encontramos una muy alta heterogeneidad entre las isletas, desde aquellas con una alta productividad de especies muy palatables para el ganado hasta el otro extremo que es el fachinal arbustivo improductivo”, indicó Demaría.
La hipótesis del equipo de trabajo era que el diámetro de los árboles o la edad de los árboles determinaría la comunidad vegetal existente. No obstante, los hallazgos contrarrestaron esta idea, ya que la cantidad de luz que ingresaba en la isleta resultó determinante.
“Si la isleta es más densa, intercepta mayor cantidad de luz en el camino y lleva menos hacia la base, lo cual determina la comunidad vegetal”, puntualizó Demaría.
Por otra parte, en 62 isletas observadas, entre el 70 y el 80 % de la cobertura era altamente palatable, con una predominancia de Bromus, una especie anual que crece en primavera-verano y luego desaparece.
“Esa condición de alta palatabilidad cambia de año a año y no alcanza para cubrir el requerimiento animal”, explicó Demaría. En línea con estas variaciones, en estudios posteriores los investigadores buscarán indagar en la estructura y la estabilidad de la comunidad vegetal de la zona y compararla con la comunidad del pastizal pampeano.
Ficha técnica del chañar
El chañar también llamado sofaique (Geoffroea decorticans) es un árbol de la familia de las fabáceas (o leguminosas). Esta especie tiene la particularidad de que se reproduce por semilla y también por la propagación de raíces gemíferas, a partir de las cuales se generan nuevos individuos de manera asexual.
El follaje es abundante y de color verdoso. Tiene un fuste erguido cuando crece aislado, pero es arbustivo cuando crece en bosquecillos.
La madera de color amarillo es adecuada para carpintería y muebles una vez seca. Por su parte, los frutos se utilizan para fines culinarios y medicinales y permiten la elaboración de arrope de Chañar. Extremadamente dulce, oscuro y espeso, es muy similar a la miel.