En lo que respecta a la alimentación, es esencial que los consumidores puedan, en función de conocimientos ciertos y objetivos, seleccionar y consumir productos seguros.
Por eso, desde el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) recordamos ciertos aspectos para que las personas esten informadas y puedan realizar una elección de alimentos que permita cuidar su salud.
La planificación es el primer paso, en otras palabras, se debe organizar la salida de compras y hacer una lista que enumere los productos que se van a adquirir.
Una vez en el lugar, es importante que se deje para el final la compra de los alimentos congelados y perecederos –como leche, queso, pescado y carne– para evitar que se interrumpa la cadena de frío.
En ese sentido, es clave no colocar en el mismo lugar la comida preparada y caliente con los productos frescos o congelados. También, se deberá evitar que los alimentos entren en contacto con los productos de limpieza.
Asimismo, es importante conocer ciertas pautas específicas al elegir determinados alimentos:
•Cuando compren carne bovina, aviar o pescado, verificar que las carnes se encuentren en envases perfectamente cerrados, sin pérdidas de líquidos que puedan contaminar otros alimentos.
Adquirir pescado con buen olor, consistente al tacto y sin deformaciones o aplastamientos; el abdomen no debe estar hinchado; los ojos deben ocupar toda la órbita y las escamas deben estar bien adheridas.
•Cuando compren frutas y verduras
Chequear que los productos no presenten golpes, magulladuras o putrefacción: las frutas y verduras deben presentar la forma, frescura, textura, firmeza, aroma y color, en su estado original.
•Cuando compren lácteos
Constatar que no se haya roto la cadena de frío y que los envases estén cerrados y sin ningún tipo de golpe, abolladura o deformación.
No olviden que la presencia de mal olor o sabor ácido, son indicios de mal estado. Atender a esta información es importante para cuidar la salud pública.