Agrolink Radio dialogó con María Marta Rebizo, gerente de Asuntos Económicos y Comerciales de CIARA-CEC, sobre las nuevas normativas paraarancelarias en el comercio de granos y alimentos.
En este contexto de pandemia, es esperable que las barreras no arancelaria en el comercio de productos de cereales y oleaginosas de agudicen, porque todos los países quieren proteger el empleo local, nos dice Rebizo.
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Ya hay ejemplos claros de regiones que se han puesto más severas en la aplicación de estas barreras. En Argentina, el primer conflicto lo tuvimos con China. "Si bien a nivel oficial no hubo un requerimiento, a mediados de junio los importadores comenzaron a pedir un certificado libre de COVID para nuestras exportaciones de granos".
Para la experta, esto es una "barbaridad" ya que no hay evidencia científica que demuestre que el COVID pueda ser transportado a través de los alimentos y menos después de los 40 días de viaje que tarda la mercadería en llegar a China.
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A diferencia, en el comercio de carne, China le pidió oficialmente al Senasa que suspenda a los establecimientos habilitados para exportar, que detecten un caso positivo.
Esta situación abre el debate de si algunas medidas son excesivas y van en contra de la normativa internacional para el libre comercio. "Algunas medidas son tomadas siguiendo lo que se denomina un principio precautorio, cuando en realidad las trabas en el comercio deben estar basadas en el riesgo, no en el peligro".
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Un ejemplo claro de esto es la Unión Europea, "siempre han tomado la delantera en establecer barreras no arancelarias. Esto además impacta en los países del sudeste asiático, que toman como ejemplo lo que sucede en la UE, sobre todo los que firmaron el tratado de libre comercio. Toman estas regulaciones como propias, porque son exigencias del acuerdo".
Según nos contó María Marta Rebizo, la aplicación de barreras no arancelaria es una tendencia creciente que se puede acelerar y profundizar. "Hay que estar preparados para un complejización de este nuevo escenario. La producción tiene que estar preparada, aunque la Argentina tiene ventaja en esto, porque los productores siempre han sido pioneros en la adopción de nuevas tecnologías. Creo que la producción agrícola va a poder trabajar satisfactoriamente".