La vendimia –cosecha de la uva que servirá para la producción de vino– se aprovecha como un momento de análisis, evaluación y planificación. La Coviar presentó la actualización del Plan Estratégico 2020 con proyección al 2030, en la sede del INTA Mendoza, en Luján de Cuyo.
Unos de los ejes del Plan Estratégico 2030, en cuya construcción participa el INTA, se basa en la investigación y transferencia de tecnología.
Aportes tecnológicos
Cosecha asistida: El INTA fue pionero en el país al impulsar un cambio de la vendimia tradicional al de un sistema de cosecha asistida de la vid. Esta tecnología recurre a bines y a carros para aliviar el trabajo físico de los vendimiadores y lograr mayor eficiencia en los jornales. Tal innovación aporta a solucionar el problema de escasez de mano de obra en la cosecha. Además, el IPAF Cuyo diseñó un prototipo de “banco mecánico” para pequeños viticultores, de fácil construcción, que evita a los cosechadores subir la escalera para descargar los tachos.
Caracterización química de Malbec y Bonarda: Fruto de 10 años de investigación, el INTA caracterizó la composición fenólica de dos de los principales cepajes del país: Malbec y Bonarda. Las diferencias se encuentran en los terroir, clones y manejos vitícolas. La descripción permite a los elaboradores contar con herramientas tecnológicas concretas para decidir qué estilo de vino hacer. Las investigaciones sobre la química del Malbec se hicieron junto a universidades de Chile y España.
Clones de vid seleccionados: El instituto trabaja en la selección de materiales por parámetros productivos y sanitarios y, en junto con el INASE, colabora en la formulación de las normativas para el material de vivero. Desde el 2008 se transfirieron a viveros vitícolas más de 50.000 yemas de material base de ocho clones de Malbec, Syrah y Chardonnay.
Vides criollas y su potencial enológico: El INTA realizó un minucioso trabajo de rescate de cepas criollas y de identificación parental, mediante métodos genéticos. Se identificaron variedades no conocidas hasta ahora y algunas con muy buen potencial enológico, tanto blancas como tintas.
Orientación de hileras en vid: Se trata de un ensayo único en el país, en el que el INTA investiga cómo incide la luz solar en un viñedo Malbec sobre distintas orientaciones de hileras y cómo esto influye en la calidad del vino.
Obtención de variedades de uva de mesa: Tanto en frutas como en hortalizas, el INTA sostiene programas de mejoramiento genético para generar materiales acordes a la preferencia de los consumidores y accesibles a los productores locales. Destinado al sector de uva de mesa, el INTA inscribió en el INASE nueve variedades “sin semilla”, luego de 15 años de trabajo de selección y cruzamiento. Se destacan por su buena capacidad de conservación en frío luego de cosechadas y que tres de ellas son negras, algo que no existe en la oferta de exportación nacional actual.
Este logro representa una ventaja competitiva para los productores argentinos. Empresas de la Argentina, Australia y Sudáfrica ya están en tratativas para el uso de la patente y la posterior multiplicación del material.
Lobesia botrana: Hace una década fue detectada esta plaga cuarentenaria en la Argentina. Desde entonces el INTA desarrolla investigaciones para mitigar sus daños, que afectan severamente a los racimos de la vid y causan perjuicio económico. Se realizaron ensayos con diferentes estrategias de bajo impacto ambiental, con productos químicos, biológicos y con feromonas de confusión sexual.
El trabajo articulado del INTA y SENASA –junto con el ISCAMEN en el caso de Mendoza– fue crucial para la disminución de la presencia de Lobesia botrana en los viñedos argentinos.
Virus en vid: En los últimos 20 años, el INTA condujo investigaciones sobre los principales virus que afectan a la vid. Se conoció cuáles están en nuestro país, cómo se transmiten y el daño que causan. Esto permitió desarrollar métodos de diagnóstico y producir plantas de vid libres de virus, conjuntamente con actividades de extensión y transferencia para alertar sobre el perjuicio asociado a los mismos.
Enfermedades causadas por hongos de madera en vid: Desde hace 20 años, el INTA investiga las enfermedades de madera, un campo de estudio que estaba inexplorado en el país. Se avanzó en la identificación, aislamiento y conservación del conjunto de hongos asociados a la hoja de malvón o brazo muerto y al decaimiento de vides jóvenes; estudio de variedades tolerantes y de la interacción vid-patógeno y tecnologías para detecciones tempranas y desarrollo de estrategias preventivas y de mitigación de daño.
Levaduras enológicas: Se lo reconoce al INTA por haber seleccionado levaduras nativas que contribuyen al control de la fermentación alcohólica y exaltan características de ciertos varietales. Entre las acciones destacadas figuran la colecta y puesta en valor de cepas autóctonas, la conservación de más de 3000 cepas, la transferencia de cuatro cepas a empresas y el desarrollo de una app para predecir el riesgo de contaminación con brett.
Pasa de uva: En San Juan, la principal productora de pasas de uva del país, el INTA asesora a los viticultores brindándoles alternativas de producción y manejo. Hay variedades de uva de mesa INTA que mostraron muy buena aptitud para pasa y también se ensayaron sistemas de conducción y manejo del cultivo que reportan alta eficiencia y ahorro económico.
La propuesta más recomendada por el instituto en este momento es el sistema DOV (dry on vine), donde la uva se seca en la planta. Esto evita tener que invertir en un pasero y permite un ahorro de mano de obra durante la cosecha y secado de uvas de más de un 60 %.
Mosto: El INTA, la Coviar y la Cámara de Fabricantes y Exportadores de Mosto relevaron fincas orientadas a la producción de jugo concentrado de uva en las provincias de Mendoza, San Juan y La Rioja. Corroboraron la fuerte influencia que tiene el tipo de manejo de los recursos planta-agua-suelo para optimizar la producción de azúcar por hectárea.
La importancia del manejo del viñedo se ve reflejada en la amplia diferencia que se observa en la productividad de parcelas orientadas a producir azúcar por hectárea, versus los promedios provinciales, a los que en general duplica.
Presentación del plan estratégico de la vitivinicultura hacia el 2030
Este año, contó con la presencia de Alberto Fernández –presidente de la Nación–, Luis Basterra –ministro de Agricultura–, Eduardo De Pedro –ministro del Interior–, Rodolfo Suárez y Mario Abed –gobernador y vicegobernador de Mendoza, respectivamente–, José Zuccardi –presidente de la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar)– , Susana Mirassou y Carlos Parera –presidenta y director Nacional del INTA, respectivamente– junto con representantes de organizaciones de productores.
“El vino argentino es un muy buen vino, no sólo lo saben los argentinos. El mundo entero reconoce la calidad”, reafirmó Fernández durante el evento quien, además, llamó a debatir para “darle fuerza” a una producción que ya se realiza en 18 provincias de todo el país.
En este sentido, Mirassou destacó: “Este es un sector productivo clave para la región y el país”. Y agregó: “Desde el INTA apostamos por una vitivinicultura con mayor productividad, competitividad y hemos estado participando en la construcción colectiva de este plan estratégico con metas al 2030”.
“Reafirmamos nuestro total compromiso para que pueda materializarse el Plan Estratégico, lograr una vitivinicultura inclusiva con competitividad sistémica, aportando a la equidad territorial y social y cuidando el ambiente”, puntualizó la Presidenta del INTA.
“El INTA forma parte del directorio de la Coviar y nos honra ser sede de este tradicional evento. Además, pone de manifiesto que hay una larga tradición de cooperación y trabajo conjunto en una cadena productiva central para la región y la Argentina”, aseguró Carlos Parera, director Nacional del INTA, y agregó: “Como habitualmente concurren autoridades nacionales, gobernadores de las distintas provincias vitivinícolas y representantes del sector, nos da la oportunidad de mostrar nuestras actividades vinculadas a la producción de vinos, pasas, uvas de mesa, mosto y productos relacionados”.
En relación con la articulación estratégica entre el INTA y la COVIAR, Parera destacó la elaboración del Plan Estratégico vitivinícola 2020 y su actualización al 2030. “El primer plan estratégico vitivinícola se inició en 2004, se empezó a ejecutar en 2005 y fue un proyecto coordinado por el INTA y consensuado entre entidades públicas y privadas”, expresó Parera.
“Alrededor del 70 % de los productores vitivinícolas tiene menos de 10 hectáreas y nosotros, desde el INTA, trabajamos sobre todo para brindarles mejores herramientas a ellos”, puntualizó Parera quien ponderó la construcción del plan estratégico vitivinícola por la amplia participación que tuvo y porque nuclea los objetivos de toda la cadena productiva. “Esto nos permite ser más eficientes”, indicó.
Con la mirada puesta en el Plan Estratégico Vitivinícola 2030, la Coviar firmó un convenio con el INTA para que el organismo conduzca el proceso metodológico. “Elaboramos un documento estratégico con la participación de 1000 referentes del sector se realizaron 12 talleres en las distintas regiones vitivinícolas del país, desde Jujuy hasta la Patagonia, donde se consultó al sector elaborador de vinos, de mosto, productores pasas y uvas de mesa y empresas de servicios que sirvió de base para la elaboración del nuevo plan”, indicó Claudio Galmarini, director del Centro Regional Mendoza-San Juan
“El plan tiene un carácter general y cada región deberá adecuarlo a su realidad para priorizar las actividades estratégicas”, expresó Galmarini quien ejemplificó que en Córdoba probablemente se priorizarán actividades vinculadas al enoturismo, mientras que en San Juan tendrán mayor protagonismo las acciones vinculadas a la producción de uva para pasas, de mesa y de mosto.
“El plan es de todo el sector vitivinícola y, si bien nuestra institución colaboró en los aspectos metodológicos para su elaboración, también nos servirá para priorizar actividades de investigación y transferencia de tecnología”, puntualizó el director del Centro Regional del INTA.
Además de contribuir a la planificación estratégica del sector, el INTA en vinculación con la Coviar trabaja en la transferencia de tecnología, especialmente a pequeños productores vitivinícolas, mediante los Centros de Desarrollo Vitícola localizados en las principales zonas productoras del país, desde el norte argentino hasta la Patagonia.
“El INTA, más allá del vínculo con la Coviar, se enfoca en el desarrollo de tecnologías para mejorar la vitivinicultura. Este trabajo lo hace en asociación con bodegas, empresas de servicio, organizaciones de productores e instituciones”, señaló Sabastián Gómez Talquenca, especialista del INTA Mendoza.
En este sentido, Gómez Talquenca detalló: “Entre los principales logros se pueden mencionar la caracterización de zonas vitícolas, la puesta en valor de cepas autóctonas, nuevos métodos de vinificación, selección de levaduras específicas, sistemas de manejo de cultivo, sistemas de mecanización, selección clonal y sanitaria, caracterización de plagas y enfermedades y desarrollo de estrategias de control, análisis sensorial como herramienta de análisis de vinos, desarrollo de herramientas para viticultura de precisión, tecnologías para mosto y pasa, generación de nuevas variedades de uva de mesa y pasa y caracterización química de cepas emblemáticas”.
Fuente: INTA Informa