Con el objetivo de avanzar con una reforma por consenso de la actual Ley de Tránsito a nivel nacional frente a la problemática de la siniestralidad vial, y en el marco de la posible aprobación e implementación de una baja de 0.5 a 0 en el límite de alcohol en sangre permitido para conducir en todo el territorio argentino, miembros del Directorio de la Corporación Vitivinícola Argentina (COVIAR) se reunieron hoy con el gobernador de San Juan, Sergio Uñac, para definir una estrategia común y avanzar en gestiones que tengan por objetivo atacar la integralidad del problema.
“Es un clásico en la Argentina tocar los temas de forma parcial y no en su integralidad”, sostuvo el gobernador Sergio Uñac, antes de explicar que “el problema de los accidentes de tránsito y el alcohol al volante se los trata de forma aislada y no como un problema integral que requiere consensos y políticas públicas que aborden la educación, la prevención y las sanciones”.
De la reunión con el gobernador Uñac participaron el ministro de Producción y Desarrollo Económico de San Juan, Ariel Lucero, y su equipo técnico, miembros del Directorio de COVIAR con Gustavo Samper, presidente de la Cámara Vitivinícola de San Juan, y José Molina, presidente de la Cámara de Productores Vitícolas de San Juan, Sergio Villanueva, director ejecutivo del Fondo Vitivinícola, y Nicolás Vicchi, subgerente de la Asociación de Cooperativas Vitivinícolas (AVOVI).
La Tolerancia 0 no solo es ilegal y técnicamente impracticable, sino que además no es la solución frente al problema creciente de los accidentes de tránsito en la Argentina. Insistir en medidas aisladas tiene un fuerte impacto sobre los hábitos saludables de los argentinos, su salud, y atenta no solo contra la industria vitivinícola sino también contra el sector gastronómico y el enoturismo de una actividad productiva hoy presente en 18 provincias argentinas.
“Estamos muy preocupados por el impacto de una modificación en la Ley Nacional de Tránsito que baje de 0.5 a 0 la tolerancia de alcohol para conducir. Porque las estadísticas y estudios muestran que no es la solución y sí genera un enorme impacto para el sector”, le dijo Gustavo Samper al gobernador Uñac.
“Llevar a cero la tolerancia de alcohol para conducir nos golpea de lleno en el desarrollo del enoturismo y la gastronomía de una actividad hoy presente en 18 provincias argentinas”, agregó José Molina.
Para COVIAR, la compleja relación entre el consumo de alcohol y la siniestralidad vial debe ser abordada desde una perspectiva que considere todos los factores que forman parte de dicha problemática. Es por esto que desde el sector sostienen la necesidad de una política pública integral y por consenso que esté acompañada de acciones como controles policiales viales eficientes y constantes; involucramiento del Estado en la formación de los conductores; campañas integrales y constantes de prevención y concientización; generación de leyes que apunten a la prevención; y acciones especialmente dirigidas a los jóvenes, que son quienes están involucrados en el mayor porcentaje de accidentes de tránsito.
En este sentido, y confirmando la visión de COVIAR, según el estudio sobre “Expectativas del consumidor” (datos a julio de 2022) realizado por la consultora Trendsity, en el que se incorporó un módulo de preguntas sobre seguridad vial y consumo excesivo de alcohol sobre una base de casi mil encuestados en todo el país, los consumidores reconocen que para prevenir accidentes viales no hay una solución única. Así, según los resultados, se revela la necesidad de medidas integradas de corto, mediano y largo plazo, entre las que se incluyen campañas de educación, concientización y formación; controles de tránsito y mantenimiento de la infraestructura y la seguridad vial.
Otro punto a resaltar en este estudio es la valoración sobre los controles policiales relacionados con la prevención de incidentes viales. Ocho de cada diez encuestados los valora y se verifica mayor aprobación y sensibilidad entre las madres y quienes tienen hijos. La afirmación “Los controles policiales deberían ser más efectivos de lo que actualmente son” tiene 83% de aprobación, porcentaje que sube a 86% entre mujeres y personas con hijos y alcanza 87% en el Gran Buenos Aires. Junto a esto, la sentencia “Debería haber mayor cantidad de controles policiales en la calle, de noche, en zonas de alta concentración de jóvenes” tiene 82% de aprobación, valoración que llega al 86% entre quienes tienen hijos y alcanza 94% de aprobación entre conductores de camionetas y utilitarios.
Por otra parte, según la Organización Mundial de la Salud, solo el 23,8% de los siniestros viales en los países de la región son provocados por presencia de alcohol en conductores. Además, en los lugares en donde rige la Tolerancia Cero, estas cifras no han disminuido. Por ejemplo, en el caso Argentina y de provincias con Alcoholemia Cero como Córdoba, se registraron 335 muertes en siniestros de tránsito en 2012 (año en el que comenzó a aplicarse la medida), cifra que fue aumentando hasta llegar a 564 en 2018, según los últimos datos oficiales disponibles.
En efecto, de los cinco países del mundo con mejores índices de seguridad vial en función de la menor siniestralidad, en ninguno de ellos hay Tolerancia Cero. En Dinamarca, Suiza y Países Bajos su límite de alcohol es de 0.5 gramos por litro de sangre; en Reino Unido: la tolerancia es de 0.8 gramos y en Suecia -el país más avanzado del mundo en materia de seguridad vial- se determinó una tolerancia de 0,2 gr para todo tipo de conductor, incluyendo a principiantes y profesionales, porque el margen de error de la medición no depende de la calidad del conductor, sino de las inevitables imperfecciones del sistema.
Para el sector productivo avanzar con una ley nacional de tolerancia cero, además de inaplicable (ya que según el Observatorio Vial Latinoamericano los instrumentos usados para medir el alcohol en sangre tienen su propio margen de error, y pueden descalibrarse o dar falsos positivos en personas con ciertos problemas de salud), implicaría un impacto muy serio y dañino para la industria vitivinícola de nuestro país, una actividad económica generadora de empleo de calidad que está presente en 18 provincias argentinas.