El desastre climático que se está registrando en la presente campaña agropecuaria 2022/23 provocará una merma del ingreso de divisas que afectará tanto a las comunidades productivas como a la economía argentina en general.
Hasta el momento, solamente considerando las adversidades climáticas en los cultivos de trigo y cebada, las pérdidas económicas se calculan en torno a los 3300 millones de dólares.
Así lo señala un informe elaborado por técnicos de la unidad de I+D de CREA, quienes advirtieron, a partir del relevamiento SEA –integrado por una muestra de 1380 empresarios agropecuarios de diferentes regiones–, que el problema también se presentará en los cultivos de verano, los cuales registran retrasos en su implantación en muchas zonas.
El relevamiento registró en la presente campaña una reducción del 30% de la superficie de maíz en fecha de siembra temprana respecto de la planificada, al tiempo que la implantación de soja, si bien crecería en superficie, registra demoras en varias regiones.
“En cualquier caso, buena parte de la oferta de granos gruesos prevista para marzo y abril de 2023 no estará disponible por las demoras en las siembras en muchas regiones afectadas por sequía”, señaló Ariel Angeli, líder de la unidad de I+D de CREA.
“Esa reducción de la disponibilidad de granos, además de un problema para las empresas agrícolas, también representará un desafío para la economía por la menor disponibilidad de divisas”, añadió.
Si el régimen hídrico no lograra regularizarse en el presente mes de diciembre, entonces la producción de granos gruesos de segunda siembra, que ingresa al mercado hacia mediados de año, estará comprometida, acrecentando las dificultades del sector productivo y de la economía nacional.
Por otra parte, la sequía y las heladas tardías redujeron la oferta de recursos forrajeros en la mayor parte de los establecimientos ganaderos CREA, lo que ocasiona una situación complicada en lo inmediato para asegurar la condición corporal de los vientres de cara al servicio, como así también en el mediano plazo para lograr indicadores de destete adecuados.
El relevamiento realizado por CREA muestra que la proporción de vacas en buen estado corporal bajó veinte puntos porcentuales respecto al mismo período del año pasado. “Si bien en lo inmediato la actual coyuntura puede contribuir a incrementar la oferta de hacienda ante la necesidad de liberar campos por la falta de recursos forrajeros, en el mediano plazo puede promover una merma de la disponibilidad de hacienda al afectar la capacidad de producción del sector”, advirtió Angeli.
El problema también afecta a las empresas tamberas, las cuales, a partir de las dificultades productivas generadas por desastres e inconvenientes climáticos, prevén una desaceleración del crecimiento de la producción de leche y han tenido que recurrir a una mayor proporción de suplementos por falta de disponibilidad de recursos forrajeros.
El 76% de los grupos CREA lecheros informó que registró, debido a la sequía, retrasos en la siembra de cultivos de verano superiores a los 15 días respecto de las fechas óptimas, mientras que un 24% señaló que debió reducir el área prevista de dichos cultivos por falta de humedad.
En la región de Valles Cordilleranos, en tanto, más del 40% del área con vid resultó afectada por heladas, mientras que en lo que respecta a nogales esa proporción fue del 60%; en ambos casos se esperan importantes pérdidas de rendimientos.
La próxima encuesta SEA CREA se llevará a cabo en marzo 2023.