Las transformaciones de los territorios rurales ocurridas en los últimos años, como consecuencia del cambio climático, no tienen precedentes y sus efectos condicionan el desarrollo y crecimiento de las actividades productivas, el bienestar de la población y la sustentabilidad ambiental. En este sentido, el INTA Patagonia Norte publica un documento que presenta líneas de investigación y extensión, propuestas de trabajo y desafíos para abordar esta problemática junto con los actores e instituciones del entramado productivo patagónico.
“El documento fue trabajado por equipos interdisciplinarios y busca dar respuesta a una demanda concreta de actores e instituciones del territorio”, señaló Carlos Magdalena, director regional del INTA Patagonia Norte, y remarcó la importancia de reforzar el trabajo interinstitucional: “Abordarlo junto con las organizaciones gubernamentales y no gubernamentales permitirá desarrollar instrumentos y herramientas para mitigar el impacto de la crisis hídrica en los sistemas de producción agroalimentarios en la región”.
De acuerdo con Luis Sacco –presidente del Consejo Regional del INTA Patagonia Norte y productor ganadero del Adolfo Alsina– “como productor puedo dar cuenta de cómo la cuestión climática se fue agravando, mermó la cantidad de materia seca de los campos y eso nos obligó a aplicar suplementación, priorización de categorías y movimientos de la hacienda a campos con pastizales en mejores condiciones”.
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Para Sacco, aplicar esas pautas de manejo fue clave para reducir las pérdidas económicas y señaló la importancia de contar con esa información para replantear los sistemas productivos: “la sequía es un fenómeno que afecta a muchas producciones de la Norpatagonia, por eso es fundamental aportar recomendaciones desde el INTA y trabajar junto a los productores y a las organizaciones para encontrar estrategias y contribuir a producciones más resilientes”.
El Panel Intergubernamental de la ONU sobre Cambio Climático (IPCC) atribuye el calentamiento global en gran medida a la emisión de gases de efecto invernadero provocada por las actividades humanas. En la actualidad, América del Sur -específicamente la Argentina, Uruguay y el sudeste de Brasil- se convirtió en una de las regiones del mundo con mayores cambios en el clima durante los últimos 30 años.
El norte de la Patagonia es una de las regiones más vulnerables a estos cambios. Durante los últimos 15 años, se intensificó la sequía e impactó de forma contundente sobre el ambiente, las poblaciones y las producciones. Este período de mega sequía es el más largo en el registro bajo condiciones secas en la zona central de los Andes y las proyecciones climáticas de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) estiman que estas condiciones se mantendrán en los próximos años.
De acuerdo con los especialistas, la falta de precipitaciones prolongada en el tiempo provocará que muchas aguadas se sequen de forma temprana, haya una baja disponibilidad de forrajes, un incremento del riesgo de incendios y una merma en la cantidad de agua para abastecer la demanda ecológica de las principales cuencas de la región. Aunque el sector agropecuario mostró una gran capacidad de adaptación, los eventos climáticos afectarán a un ritmo más acelerado la disponibilidad del agua para consumo y para la producción en el ámbito rural.
En esa línea, el documento presenta líneas vinculadas a infraestructura hídrica y tecnologías apropiadas que faciliten el acceso y aprovechamiento del recurso hídrico. Además, se plantean estrategias como el monitoreo de aguadas, vertientes y pozos; prácticas de protección de las fuentes de agua en cantidad y calidad; y obras de acceso al agua a nivel comunitario.
Para los sistemas ganaderos extensivos de cría de ovinos, caprinos y bovinos en área de secano se propone el monitoreo de la evolución del pastizal natural y los cambios en el estado del suelo. Además, se propone el manejo y ajuste de la carga animal; fuentes alternativas de alimento y estrategias de alimentación suplementaria; comercialización para la descarga de diversas especies y categorías; y la instalación de infraestructura que resguarde al ganado de los fenómenos extremos.
Para las producciones bajo riego, el documento propone pautas de manejo y tecnologías para mejorar la eficiencia de aplicación del riego gravitacional; la evaluación de métodos de riego para cada sitio, cultivo y grado de tecnificación; el uso de información satelital y teledetección para sistematizar las necesidades hídricas que permitan mejorar el diseño y la programación de los riegos.
Para los bosques patagónicos, se proponen estrategias de “migración asistida” para trasladar las especies forestales en riesgo a sitios más favorable; manejo de bosque con ganadería integrada (MBGI); el cultivo y la identificación de genotipos de especies nativas e implantadas con mayor adaptación ante el estrés hídrico y térmico.
Estas son solo algunas de las pautas presentadas en el documento junto con material complementario en formato audiovisual y gráfico para enriquecer cada propuesta. Es de acceso gratuito desde la página Web inta.gob.ar/patagonianorte disponible como “Aportes para repensar los sistemas productivos Norpatagónicos en un contexto de déficit hídrico y cambio climático”.
Fuente: INTA Informa