La Fundación agropecuaria para el desarrollo de Argentina (FADA) elabora mensualmente un informe donde detalla cuánto el Estado se lleva de la renta agrícola. Este mes sorprendió con los números. Mientras que en el promedio ponderado de cultivos soja, maíz, girasol o trigo a nivel nacional la participación del Estado es de 79,1%, en soja la participación del asciende a 94,1%, explicó FADA.
David Miazzo, Economista jefe de la fundación FADA, conversó con Rivadavia Agro y explica por qué la participación del Estado en la renta agrícola aumentó en un contexto de sequía y cómo ve las medidas económicas anunciadas por el ministro de Economía, Sergio Massa, donde desde el gobierno Nacional hablan de un tipo de cambio diferencial de 300 pesos para el complejo sojero por el lapso de 30 días.
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Cuánto se está llevando el estado de la producción
“A través de los impuestos nacionales, provinciales y municipales, el Estado se está llevando el 94 % de la renta que genera una hectárea de soja”, afirma Miazzo.
“Y de las 6 provincias que desagregamos 3 provincias están arriba del 90% y otras tres en el 100”.
¿Ahora, cómo es que en contexto de sequía, el Estado se lleva más que antes? ¿Si el productor pierde el Estado no debería perderá en consecuencia?
“Esto tiene que ver con la caída de la rentabilidad que ha generado la profunda sequía”, afirma el economista.
También explica que está en relación con el sistema tributario argentino, algo que no ocurre en países como Uruguay, Paraguay o Brasil, donde no llegaría a estos niveles de impuestos.
Los derechos de exportación (DEX), comenta Miazzo, al igual que los ingresos brutos, impuestos a los débitos y créditos, actúan sobre el precio bruto.
“Los DEX actúan sobre el precio fob del maíz, de la soja, del trigo”. Por este motivo, aunque “el productor pierda plata, iguale esos impuestos lo tiene que pagar”. “Mientras que el impuesto a la ganancia, que es mucho más lógico, se paga solo si gana la plata”, explica.
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“Entonces aquí queda expuesto uno de los grandes problemas de los impuestos que recaen sobre el agro”, sostiene Miazzo.
Y también hay otro problema, que son los saldos técnicos de IVA. El productor pago mucho IVA al contratar servicios o comprar insumos, con una alícuota del 21% y va a recuperar muy poco vendiendo muy poco grano por la magra cosecha, por el que cobra un IVA de 10,5%.
“Entonces va a tener un año que pierde plata y que va acumular saldos de IVA millonarios en AFIP” , explica Miazzo, Estos los va a poder “recuperar de manera devaluada con una próxima campaña eventualmente”.
La participación del Estado a lo largo de los años
Este nivel de participación del Estado en la renta, en los últimos 16 años se han visto solo en dos momentos, explica Miazzo, “durante la sequía de la campaña 2008/2009 y en el año 2015, que se sucedieron DEX, muchos más altos que los de hoy en maíz y trigo, los ROE, caída de precios internacionales y atraso cambiario”.
El caso del Girasol
La participación del Estado en soja es del 94,1%, maíz 62,4%, trigo 78,7% y girasol 58,3%", indica el informe.
En el caso del girasol la participación del Estado es de menos del 60% de la renta agrícola. Esto se da por varios factores para Miazzo. Se combinan menos derechos de exportación, en el caso del girasol el cultivo tiene una retención del 7 por ciento, frente a la soja, que tiene 33 % y el maíz y el trigo 12%.
Y, por otro lado, es el cultivo que en términos de rinde menos se ha visto afectado por la sequía.
Esto lleva a que muchos productores se pasan lentamente al girasol, que "ha crecido la superficie en los últimos años, ha generado buena rentabilidad, menos derechos de exportación y en algún momento buenos precios internacionales", comenta.
Su mirada del dólar agro
En cuanto a qué opina de las recientes medida del ministro de Economía, Sergio Massa, quien anunció un tipo de cambio para la soja de 300 pesos por un mes, afirmó que la analizaría desde tres perspectivas.
Desde la perspectiva del sector: "Para el productor que tiene soja es una buena noticia porque vende a mejor precio", sostiene.
Para el sector “rompe el mercado que es uno de los pocos que funciona”, afirma y explica que se “concentra la oferta en un período determinado, adelanta ventas futuras y genera expectativas a futuro de que haya otras ediciones”.
Y también explica que entre los perjudicados se encuentra en el sector consumo, donde aumenta los insumos de los lácteos, para la producción de pollo, entre otras actividades.
En cuanto a la macro es una "medida inconsistente", el banco central compra a un dólar a 300 y vende a 200, pierde 100 pesos por cada dólares que entra al esquema. "Supongamos que se vendan 3 mil millones de dólares, si pierde 100 pesos por cada dólar, el BCRA tendrá que emitir 300 mil millones de pesos por esa edición del dólar soja”, explica.
“Sin embargo, el problema era la brecha cambiaria, generada por el exceso de pesos. Entonces está apagando el fuego echando cada vez más leña. Es una medida inconsistente”, subraya.
Y por último desde la perspectiva del gobierno. "Estamos viviendo una crisis de reservas internacional muy grande, el Estado ha perdido 3000 mil millones de dólares, le quedan de reservas internacionales netas 1500 millones de dólares, que alcanza para pagar una semana de importaciones".
Y el problema, aclara, es hacia el futuro. Son "20 mil millones de dólares" que van a ingresar menos por la sequía. “Esto es un parche que va a generar una solución por 30 días”, concluye.