Para responder a esta pregunta, la Red de Manejo de Plagas de Aapresid (REM) dialogó con el especialista Facundo Menta de Better Drop, quien evalúa la viabilidad y la calidad de las aplicaciones fitosanitarias con drones en Argentina. A continuación, un vuelo por el funcionamiento de esta tecnología y pautas para su implementación.
¿Cómo es el equipo y su funcionamiento?
A pesar de su pequeño tamaño, los drones utilizados para aplicaciones fitosanitarias son equipos simples en cuanto a su estructura y sistema interno, aunque con componentes de alta precisión.
Estos equipos funcionan a batería y cuentan con una bomba de cierto rendimiento, caudalímetros, sensores de flujo y un tanque para productos fitosanitarios. Al igual que otros medios aplicadores, poseen conductos con filtros y boquillas o rotores aspersores que fragmentan el caldo de manera homogénea para su aplicación en la superficie objetivo.
¿Qué debemos exigirle en cuanto a calidad de aplicación y rendimiento?
Según el especialista, es importante exigir a los drones la misma calidad de aplicación que a las máquinas terrestres o los aviones aeroaplicadores. La cobertura adecuada en un objetivo predeterminado dependerá del producto fitosanitario utilizado, y su nivel de sistemia.
Al igual que en equipos “convencionales” los drones requieren del manejo de variables clave para lograr una cobertura óptima y un rendimiento eficiente de los fitosanitarios. Por ejemplo la selección adecuada de boquillas, la presión, la velocidad de trabajo, la altura de vuelo y el volumen utilizado. El uso de mediciones precisas y el manejo adecuado de los parámetros mencionados son fundamentales para lograr una aplicación eficiente.
Variables diferenciales que debemos contemplar
En las aplicaciones con drones, es necesario regular y combinar otras variables como la altura de vuelo, los anchos de pasada y la velocidad de trabajo. Además, el sistema de fragmentación utilizado determinará el tamaño de gota deseado en función de la cobertura requerida.
El especialista destaca que una de las fortalezas de esta tecnología es la posibilidad de trabajar con bajos volúmenes y gotas muy finas. Sin embargo, para lograr un control eficiente se debe prestar atención a la susceptibilidad de estas gotas a la deriva, por ejemplo ante baja humedad relativa o corrientes de viento.
Otro aspecto importante a considerar es la autonomía de los drones, es decir, la cantidad de trabajo que pueden realizar por vuelo. Actualmente, los drones presentes en el mercado local pueden trabajar a una razón de 2 a 3 ha por vuelo, a un rendimiento de 7 a 8 ha/hora, autonomía limitada en mayor medida por la duración de las baterías.
Regulaciones y futuro de las aplicaciones con drones
Se espera que, con el tiempo y el desarrollo de información al respecto, se establezcan en Argentina normativas para garantizar un uso seguro y responsable de esta tecnología en la protección de cultivos.
Este marco legal permitirá aprovechar todo el potencial de los drones en el sector agrícola y asegurar la calidad de las aplicaciones fitosanitarias a través de este medio.
Para conocer más sobre esta tecnología, te invitamos a escuchar el podcast "¿Es posible hacer aplicaciones con Drones?" donde el Ing. Agr. Esp. Facundo Menta de Better Drop. Accedé ACÁ.