Si bien el dólar soja en Argentina sigue calentando el disponible gracias a la exportación -que obliga a la industria a acompañar precios-, hay rumores de que el gobierno podría dejarla fuera del programa. Dante Romano, profesor e investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral, analiza lo que sucede en el mercado.
En el plano internacional, el USDA presentó sus primeras proyecciones de producción para EEUU basadas en información a campo, y estuvieron cerca de lo estimado en soja, aunque por debajo del dato anterior. No obstante, los stocks terminaron por encima de lo esperado. El problema está en la baja que se registró en la demanda bajó. En el caso de maíz los rindes bajaron sólo marginalmente vs el informe anterior, pero aumentó el área haciendo que la producción y los stocks subieran.
“Estas proyecciones son las primeras, y la cosecha recién inicia. A medida que tengamos datos de rindes reales veremos que ocurre con la producción total. En el caso del trigo la producción mermó 6 mill.tt. y también bajaron las existencias finales mundiales, pero con Rusia ofreciendo trigo barato el mercado sufre”, explica Romano.
A nivel local, las lluvias vuelven a estar en la mira, mientras que el dólar soja continúa como protagonista.
Si bien las precipitaciones habían mejorado condición de trigo y dispararon la siembra de maíz, las lluvias siguen desparejas, a la vez que volvió el clima cálido y seco. “Esto mantiene al mercado con un nivel de preocupación productivo alto”, expresa el especialista de la Universidad Austral.
Con respecto al dólar soja, hasta el pasado viernes 15 (mitad de su plazo), el dólar soja registró unas 2,5 mill.tt. operadas. “Es difícil estimar cuántas divisas aportó porque, a diferencia de programas anteriores, estas se liquidan en el mismo mercado que los demás productos, pero tomando un valor de 530 USD/tt FOB hablamos de 1.300 mill USD, de los cuales 75% deberían haberse ingresado por los canales habituales, es decir, casi 1.000 mill USD”, estima Romano.
Con respecto al 25% restante (unos 300 mill.USD), el profesor de la sede Rosario de la Facultad de Ciencias Empresariales de la Universidad Austral, recuerda que los exportadores tienen 45 días para disponer de la divisa libremente. Se supone que la misma ingresará por medio del mercado Contado con Liquidación.
“Cada empresa decidiría de acuerdo a sus políticas financieras en qué momento hace el ingreso de esos fondos, pero lo cierto es que el contado con liqui -que cuando comenzó el programa estaba cerca de 790- se acercó a un piso de 720 para mejorar algo en los últimos días”, indica Romano.
“Estas divisas no entran a las reservas del BCRA, pero si generan una oferta extra que lleva al precio libre a descender”, añade.
Romano recuerda que el éxito del programa se debe a que el precio que rondaba los 370 USD/tt en su inicio, se fue a 460 USD/tt, aunque con pago en pesos. “Los vendedores que pueden dolarizarse o aplicar los pesos a su flujo de fondos son los que están vendiendo. La duda es cuánta más oferta tendremos”, considera.
¿Qué sucede con las industrias?
De acuerdo a trascendidos, los precios generan márgenes negativos para la industria de entre 20 y 30 USD/tt. Ello tiene a varios jugadores fuera del mercado.
“Recordemos que en los considerandos del decreto se establecía que esta medida apuntaba a reducir la capacidad ociosa de las fábricas, y evitar problemas laborales por la suspensión de líneas de producción. Entonces ¿por qué pagan esos precios? Porque la exportación -que tiene un negocio mucho más lineal- comenzó a ver que el régimen les permitía generar un margen, y viendo la gran cantidad de soja disponible en el sur del país donde no hay fábricas, pero los rindes fueron muy buenos; comenzaron comprando a los valores mencionados en ese mercado, pero generalizaron el mismo también para Rosario, donde terminaron forzando a las industrias a acompañar los precios si querían comprar”, explica Romano.
Esta situación generó la queja de los industriales, dado que el objetivo planteado no logra alcanzarse. Según indica el investigador de la Universidad Austral, a las fábricas se les hace “muy difícil” convalidar contramárgenes.
En medio de este panorama, el viernes pasado inició con toda clase de rumores sobre formas de dejar fuera a la exportación de estos mercados, “desde posibles llamados para pedir que no participen hasta un incremento fuerte en valores FOB oficiales para que, al tener que pagar derechos de exportación más altos, su capacidad teórica de pago baje, a quitar directamente del programa al poroto”, indica Romano.
Finalmente, el viernes continuaron trabajando en estos niveles de precio. “Pero todavía persiste el riesgo de que la exportación termine fuera del dólar agro y que las fábricas queden comprando solas a precios más altos que los iniciales, pero más bajos que los picos”, concluye Romano.