El tango Volver reseña que 20 años no son nada. Pero para el sector agropecuario, una década, la última, seguramente implica un sinfín de sensaciones. Recientemente se cumplieron 10 años del intento de implementación de la Resolución 125, que enfrentó al campo con el gobierno nacional y que eyectó a los primeros planos a los integrantes de la Mesa de Enlace de las entidades agropecuarias. Diez años más tarde, los dirigentes del Ateneo Juvenil de la Sociedad Rural Argentina eligieron Expoagro para reunir a Eduardo Buzzi (Federación Agraria), Mario Llambías (CRA), Luciano Miguens y Hugo Luis Biolcati (SRA) y Carlos Garetto (Coninagro) para reflexionar sobre las enseñanzas y anécdotas que dejó el conflicto.
Tanto Llambías como Miguens repasaron los orígenes del conflicto, destacando que el país había comenzado a resurgir de entre las cenizas tras la crisis monumental de 2001/2002 de la mano del campo. “Hoy, lamentablemente, todavía no recuperamos el nivel de inversión de 2005. Pese a todo, diez años más tarde nos encontramos juntos y nos reconforta porque hay mucha gente que aún tiene memoria y quiere trabajar por el país”, destacó Llambías.
Miguens reconoció que la Mesa de Enlace tuvo el mérito de buscar estrategias conjuntas para resolver como salir adelante, pese a las distintas ideologías y pensamientos. “Se hizo carne el ´no aflojen´”, ponderó. Luego valoró la acción de los autoconvocados, que con su acompañamiento incesante en todo el país renovaban las energías para no abandonar una lucha que el gobierno emprendió contra un sector al que eligió como enemigo.
Por su parte, Garetto explicó que el conflicto generado por la Resolución 125 les brindó un aprendizaje que ni el trabajo juvenil, los ateneos, el cooperativismo les había ofrecido. “La universidad me dio conocimientos tranqueras adentro. Pero el problema de la 125 era fronteras afuera. Aprendimos entre todos frente a un gobierno que pretendía ponernos como enemigo de sociedad argentina cuando el campo debía ser un aliado estratégico para solucionar el problema de los argentinos”, rememoró.
“Esperábamos que llegara el momento de la mesa de negociación, porque los conflictos se resuelven con diálogo. Pero esa mesa no llegó nunca. Y tuvimos que actuar, tomando protagonismo hasta en la acción política. Y aquí está la enseñanza para los jóvenes, que deben prepararse para no volver a dejar la silla vacía, sino ocuparla con dirigentes capacitados, instruidos, que sepan dialogar, interpretar, actuar con responsabilidad y sensatez. Ese es el desafío para que el campo siga estando en el ámbito de la acción política, que no resigne protagonismo porque somos un factor importante en lo económico, en lo social, en la contención y en el armado del tejido social”, acotó.
Buzzi valoró la labor de los “pibes del Ateneo de la Sociedad Rural”. Reclamó abandonar el dogmatismo y la mezquindad a las que caracterizó como “la nueva plaga del campo argentino”. “La gran enseñanza que me dejó el conflicto es que los dogmatismos no sirven. Uno puede tener principios, puntos de vista e intereses propios y colectivos. El problema es cuando uno tiene dogmas, cuando se junta sólo con los que piensan como uno, convencidos de que se tiene la verdad revelada. Nosotros corrimos los dogmatismos y las mezquindades, lo cual nos permitió terminar esa lucha trabando una verdadera amistad, cuando los inicios fueron de una desconfianza absoluta”, se sinceró el dirigente que acuñó la frase “no nos une el amor, sino el espanto”, para justificarse dentro de Federación Agraria al momento de reunirse con los “oligarcas ruralistas”, bromeó.
También se proyectó al futuro inmediato al afirmar que este es un momento propicio para mantener las entidades juntas, “no para confrontar, sino para discutir cosas que requieren respuestas urgentes”. Por eso convocó a los nuevos dirigentes de las entidades “a representar mejor que nunca a los productores” y hacerse ver más que nunca, para que el esfuerzo de 10 años atrás tenga más sentido. “Por supuesto el esfuerzo de aquella lucha que tuvo sentido, ya que se le ganó una pulseada a quienes nos querían poner de rodillas. Pero para que tenga sentido en el presente debe haber una continuidad e inteligencia para mejorar, avanzar, para que este país se normalice en términos republicanos, institucionales, para que haya futuro para los jóvenes y para que haya respeto para la producción agropecuaria”, consideró.
Finalmente, Biolcati reconoció que el final del conflicto le permitió entender que las diferencias eran mayores entre las autoridades de las entidades que en las bases. Y repasó un par de anécdotas en los que Palermo aplaudió a rabiar a Buzzi, y cuando en las celebraciones por los 100 años de FAA recibió el cariñoso y espontáneo saludo de los productores federados.
“Nosotros poníamos las caras, pero la fuerza, el cuerpo, el riesgo, los que se bancaban las inclemencias del tiempo, la violencia, fueron los productores. A ellos les debemos el homenaje de los 10 años de la rebelión contra la 125. El voto de Cobos fue importantísimo, marcó un momento crucial. Pero no se hubiera llegado a ningún Cobos si no hubiera estado la gente. A ellos les debemos nuestro homenaje, a todos ellos el mayor de los agradecimientos”, concluyó.