La recuperación de precios de la hacienda y el traslado a la carne tuvo su correlato en las faenas de febrero disminuyendo fuertemente la participación de las categorías de consumo.
Comparando los meses de febrero de los últimos 3 años se puede apreciar en este año una mayor faena solo en la categoría de vacas con caídas en las restantes, incluso hay una menor participación de novillos y novillitos lo que demuestra que la exportación (a excepción de la vaca) no pasa por su mejor momento.
En el segundo mes de 2019 hubo 20 días hábiles de faena mientras que igual mes de 2018 hubo 18, eso nos daría una caída del orden del 18% ajustada por faena diaria, pero si quitásemos la mayor participación de vacas (35.000) la caída es aún mayor (22%). Esta situación que es constante en las primeras semanas de marzo nos hace presumir que a excepción de las plantas que tienen el destino China habilitado, las restantes deberán afrontar una caída en la producción, lo que eleva los costos por unidad y lo que se combina con el incremento en otros rubros como energía, fletes o laborales; a esto se agrega la continua caída en el valor de los subproductos.
Este combo no hace más que agravar la situación precaria de esas empresas.
La medida adoptada por la Secretaria de Gobierno de AgroIndustria con respecto al peso mínimo diferencial para la hembra vigente a partir del próximo 15 de abril servirá para mejorar el nivel de ocupación de los corrales y de esta manera mejorar la oferta de hacienda terminada. Además del beneficio al sector productivo es un claro beneficio para matarifes y frigoríficos disminuyendo la competencia desleal que existía con la anterior normativa. Este tema lo analizamos con más profundidad en otra nota de este newsletter.
Desde la reunión mantenida el 28 de Enero en Agroindustria no hubo avances en cuanto a la problemática del comercio minorista, continúa sin poder utilizarse el Remito Electrónico de Carnes (REC), la Afip sigue sin rectificar la normativa que determinó como vigencia el pasado 1 de noviembre, pero lo que es aún más grave, no hubo reuniones para avanzar en posibles modificaciones al sistema tributario que permitan la inclusión de carnicerías en el control fiscal.
Es deber de cualquier persona que quiera ejercer el comercio en nuestro país obtener las inscripciones impositivas que correspondan y es deber del Estado controlar y evitar que lo hagan de manera irregular; en la realidad económica y social de Argentina pretender delegar el deber de control fiscal en el sector privado denota una impericia mayúscula, de persistir, solo agravarán la situación de los buenos contribuyentes ahondando las diferencias con los marginales.
Creemos que estamos a tiempo de cambiar, pero hay que hacer lo necesario para lograrlo