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Alerta en Neuquén: Granizo y lluvia arruinaron toda la cereza de exportación

La provincia de Neuquén perdió la producción de cereza que iba para exportación, sostuvo ayer Carlos Enríquez, uno de los mayores productores de fruta fina en Vista Alegre. A la pérdida que se produjo el domingo el empresario adicionó los problemas de heladas que hubo en agosto y...

La provincia de Neuquén perdió la producción de cereza que iba para exportación, sostuvo ayer Carlos Enríquez, uno de los mayores productores de fruta fina en Vista Alegre. A la pérdida que se produjo el domingo el empresario adicionó los problemas de heladas que hubo en agosto y que afectó la fruta fina que crecía en San Patricio del Chañar.

La pérdida de frutos se produjo a unos 20 días de la cosecha prevista tradicionalmente en noviembre para las “primicias”, o cerezas de mayor valor del mercado.

La evaluación surgió entre productores y empresarios luego de la intensa piedra que cayó sobre Vista Alegre el domingo, que también afectó fuertemente a los frutales de pepita (manzanas y peras), con una cosecha que tiene su apertura en enero próximo.

Como publicó este diario, la Cámara de Productores de Centenario y Vista Alegre que agrupa el sector, evaluó las pérdidas como “totales” o de “100 por ciento” para las peras y manzanas por la afectación que se observaba en el monte frutal luego del temporal

La fruta fina estaba a punto de cosecha en la planta al momento del evento climático extraordinario; se habían iniciado gestiones con el aeropuerto de Neuquén para sacar la exportación vía avión en contenedores hasta los mercados de Estados Unidos y Asia para llegar en época de “primicia”, que es la mayor calificación económica de la fruta fina.

“Se perdió la cereza en el 100 por ciento de las hectáreas”, dijo Carlos Enríquez, titular de Vista Alegre SA. El galpón, dedicado al empaque y la exportación de cerezas, había previsto trabajar con unas 600 toneladas de fruta fina, según los datos aportados por el empresario.

“En mi vida he visto un fenómeno como éste, con una violencia y una oportunidad inusitada”, sostuvo Enríquez. Aseguró que esta fue la primera vez que en esta zona de producción se produjo una inclemencia de estas características, que le llevaron a perder la fruta fina de unas 200 hectáreas.

El daño no sólo afectó la producción estacional, sino que la dureza de la piedra caída en un tiempo prolongado produjo también daños en las plantas, por lo que se analizaba una posible merma de frutos en la temporada venidera.

“Son 300 puestos de trabajo los que se perdieron entre cosecha y galpón”, dijo Enríquez, quien suspendió ayer todo el operativo de capacitación previa a la cosecha y estaba dedicado bombear el exceso de agua de los predios anegados para evitar más daños en los frutales de los que se registraron desde el fin de semana.

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