La Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid) emitió una nueva alerta roja por una maleza resistente a aplicaciones de glifosato. Se trata de Digitaria sanguinalis, conocida como "pasto cuaresma".
Su presencia se confirmó en el noroeste de Buenos Aires, entre los partidos de Lincoln y 9 de julio y se trata del primer caso reportado a nivel mundial. En Agrolink Radio dialogó Eugenia Niccia, gerente del programa Red de Manejo de Plagas de Aapresid, la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa acerca de esta nueva maleza.
La especialista comentó que esta nueva maleza denominada "pasto cuaresma" se suma a una larga lista de malezas resistentes en Argentina que hoy alcanza los 42 biotipos y 28 de ellos con resistencia al glifosato.
Teniendo en cuenta que el glifosato es la principal herramienta agronómica utilizada para el control químico de D. sanguinalis en cultivos de soja y maíz, esta nueva alerta genera un desafío para los profesionales y productores.
Lee también: China aprobó la soja HB4 tolerante a la sequía
Niccia remarcó que esta nueva maleza es de amplia dispersión, es decir, cubre muchas superficies, y podría tener posibilidades de que se disperse si no se toman las precauciones correspondientes.
“Se han identificado anteriormente poblaciones de D. sanguinalis resistentes a diversos grupos de herbicidas en Nueva Zelanda, Brasil y países europeos pero nunca antes para este herbicida”, señaló Eugenia.
Por qué hay malezas con mayor resistencia al glifosato y cómo prevenirlas
Niccia explicó que hay 28 biotipos en el país con mayor resistencia al herbicida debido "al mayor uso de este activo", es decir, al ser el más utilizado hay más posibilidades de que sean resistentes al glifosato.
Además desde Aapresid indicaron que "la generación de resistencia es inherente al desarrollo", esto quiere decir, que uno genera escenarios y la naturaleza por sí misma buscará la manera de adaptarse y superarlos.
Lee también: Pastoreos planificados, la clave para fijar carbono y mejorar la salud de los suelos
En ese sentido, desde el control químico de la maleza, se debe modificar estos escenarios para que a la maleza le cueste adaptarse y frenar su resistencia. Pero ¿Cómo se modifican los escenarios?
Por un lado desde este control químico se debe rotar los activos, es decir, utilizar además del glifosato, otros que puedan controlar una maleza, hasta monitorear lotes y modificar las fechas de cultivos.
Y agregó que conocer a los involucrados en la resistencia en una especie en particular "ayuda a diseñar estrategias de gestión de la evolución de la resistencia".