Los sistemas ganaderos experimentaron una fuerte evolución, en los últimos años, de la mano de la adopción de tecnologías de insumos en la alimentación. Este paquete, advierten los especialistas, requiere estar acompañado de tecnología de proceso que nos permita darle un aprovechamiento eficiente y el menor costo operativo posible. Con este objetivo, los técnicos del INTA organizaron la 8° Jornada Nacional de Forrajes Conservados que se realizará el 10 de mayo en el INTA Manfredi, Córdoba.
De acuerdo con Federico Sánchez –especialista en forrajes conservados del INTA Manfredi–, “las raciones son la variable de mayor impacto en la rentabilidad del negocio, representando cerca del 65% de los costos totales de producción, tanto en modelos intensivos como en semi-pastoriles”.
De allí la importancia de adoptar tecnologías que permitan un aprovechamiento eficiente para lograr preparar y suministrar una ración balanceada y homogénea con el menor costo operativo posible.
Para evitar los costos ocultos, Sánchez recomendó no superar los 30 minutos para realizar todo el proceso de alimentación que incluye la extracción, carga, mezclado y suministro de la ración en los comederos. Y fue más allá al asegurar que “reducir 10 minutos este proceso implica una ganancia de hasta 120 mil pesos al año, si se consideran seis mezclas y entregas al día”.
En este sentido, Gastón Urrets Zavalía –técnico del INTA Manfredi– recomendó “rever” el sistema de alimentación con el que opera el establecimiento y pensar si la manera de almacenar los ingredientes, de extraerlos y cargarlos en el mixer, la distribución y suministro que hacemos a los rodeos es la más eficiente.
Para lo cual consideró “fundamental” la planificación: “La clave está en organizar las cosas de tal manera que la ración que planifica el nutricionista y que escribimos en el papel para preparar el mixer, sea lo más parecido posible a lo que termina comiendo el animal y con el menor costo posible”.
“Hay que entender que este sistema es rutinario y todos los días se debe hacer exactamente lo mismo para que se vean los resultados en la producción”, subrayó Sánchez.
En referencia a los errores más comunes de los productores, Sánchez destacó que las ineficiencias se concentran, principalmente, en malas prácticas de almacenaje de henos y silos, mal manejo de los forrajes al momento de la extracción, incorrecto orden de carga de los distintos ingredientes y problemas de sobremezclado.
Además, identificó la falta de planificación en la ubicación de los distintos forrajes y la utilización de lugares improvisados, en ocasiones muy distantes del lugar donde se produce la carga del mixer, como así también las largas distancias entre el patio de comidas y los comederos.
¿Cómo debemos armar un patio de comidas?
De acuerdo con Sánchez, los centros de alimentación deben contar con dos sectores: uno de almacenamiento y otro de carga. Para el primero, sugirió ubicar los ingredientes en un lugar alto y de fácil acceso, con electricidad y capacidad de brindar energía a distintos equipos.
En este sentido, subrayó la importancia de esquematizar la ubicación de los forrajes conservados en silos aéreos o silos bolsas: “Es recomendable no agrupar todos los silajes de un mismo cultivo, sino hacer baterías agrupando las bolsas de los distintos ingredientes”.
Los silos aéreos se pueden utilizar para almacenar los ingredientes, lo que da la posibilidad de hacer balanceados caseros con parte de los ingredientes producidos en el mismo campo.
En cambio, los boxes pueden estar destinados para los subproductos como semilla de algodón, cascara de maní, burlanda, el heno procesado que está listo para cargar en el mixer. “Es conveniente el uso de un galpón con compartimentos, de tal manera de tener almacenados todos los productos en este sitio y poder cargarlos directamente con la carga frontal”, sugirió Urrets Zavalía.
En cuanto a los henos, los especialistas de Manfredi coincidieron en la necesidad de ser estivados en un lugar más alejado y dejar para la carga de mixer uno de los boxes del galpón con compartimentos, el cual se abastece periódicamente.
“En el caso de los rollos, almacenarlos pegados por sus caras planas, formando filas orientadas en la misma dirección de los vientos predominantes, lejos de los árboles y separadas entre sí”, advirtió Sánchez.
Urrets Zavalía fue más allá y destacó la importancia de “colocar los megafardos bajo galpón o tinglado y, en el caso de cubrirlos con lona, hacerlo cuatro días después de que se hayan confeccionado, para evitar la condensación de la humedad alrededor del plástico”.
Para el sector de carga, los especialistas recomendaron “prever la construcción de una rampa con una pendiente del 10 % para ubicar el mixer y facilitar el trabajo de carga del mismo con la pala”.