
Nuestro país busca un lugar referencial en lo que respecta a la automatización y la robótica aplicada a la agricultura. En este sentido, desde el INTA señalan que “en las próximas décadas, la producción de alimentos deberá adaptarse a una demanda creciente, con una población mundial que se estima alcanzará los 9.700 millones de personas en 2050. Este desafío requiere estrategias innovadoras que permitan aumentar la productividad de manera sostenible, a fin de optimizar el uso de recursos. En este contexto, la incorporación de nuevas tecnologías en el agro se presenta como una alternativa clave para garantizar la seguridad alimentaria global. “
“La robótica aplicada a la agricultura permite una producción más eficiente y una optimización de recursos sin precedentes”, señaló Hernán Ferrari, especialista del INTA que dió una charla sobre la temática en el auditorio de Expoagro, y agregó: “Esta tecnología ya es una realidad en el sector agropecuario y su adopción crece de manera sostenida”.
La robótica en la agricultura
Según señaló, “las máquinas autónomas, los drones pulverizadores y los robots de monitoreo ya no son tecnologías del futuro, sino herramientas indispensables en la producción actual”.
Mientras que en 2021 había unos 30.000 robots agrícolas operando en el mundo, en la actualidad esa cifra supera los 55.000, con un crecimiento anual estimado del 18 al 22 %. En la Argentina, el avance también es significativo: en 2021 se contabilizaban aproximadamente 1.000 robots agrícolas, y hoy la cifra asciende a más de 1.800, lo que posiciona al país como uno de los líderes regionales en adopción de esta tecnología.
El mercado global de robótica agrícola también refleja este crecimiento. En 2021 se estimaba en 3.000 millones de dólares anuales y, para 2023, alcanzó los 13.500 millones, con una proyección de crecimiento del 31,5 % anual. De mantenerse esta tendencia, en 2030 podría superar los 62.000 millones de dólares.
Además del aumento en la productividad, la robótica contribuye a la sostenibilidad agrícola. Gracias a sensores avanzados y sistemas de visión artificial, los robots pueden identificar y eliminar malezas con precisión y reducir en más de un 40 % el uso de herbicidas. Además, optimizan la aplicación de agua y fertilizantes, con una eficiencia hasta un 25 % superior a la de los métodos tradicionales.

“El INTA viene trabajando en el desarrollo y validación de tecnologías que no solo mejoran la productividad, sino que también reducen el impacto ambiental”, destacó Ferrari. “Es fundamental seguir invirtiendo en investigación y desarrollo para maximizar el potencial de estas herramientas en Argentina”.
Los países de América tienen un rol clave en la producción de alimentos. La región ya aporta más del 30 % de la producción mundial y se estima que para 2050 podría superar el 50 %. Argentina, en particular, ocupa un lugar estratégico. Aunque el país se ubica en el puesto 13 a nivel mundial en desarrollo de tecnologías agropecuarias, es el tercero en adopción de agricultura de precisión, solo por detrás de Estados Unidos y Alemania.
En los últimos tres años, el nivel de automatización avanzada en los establecimientos agrícolas argentinos creció del 3 % al 7 %, lo que representa un aumento del 100 %. De mantenerse este ritmo, el país se consolidará como un referente en la implementación de tecnologías automatizadas para el agro.
Como conclusión, Ferrari indicó: “El mundo necesitará más alimentos y dependerá de América y su capacidad de producción. Si seguimos en esta dirección, para 2050 podremos garantizar el suministro de alimentos para toda la población mundial sin necesidad de aumentar la frontera agrícola”.