La Comisión de Competencia de Sudáfrica impuso este domingo la desinversión de las dos marcas globales de la empresa alemana, que supondrá la mayor parte de las ventas de activos por cerca de u$s 2.500 millones que tiene que realizar la compañía para satisfacer a reguladores de la competencia que estudian el negocio por u$s 66.000 millones, precisó la agencia Reuters.
"Bayer aceptó estas condiciones y está evaluando cómo ejecutar mejor la desinversión impuesta", afirmó el grupo alemán en el comunicado.
No obstante, la firma no detalló información sobre ingresos, sobre el número del personal afectado o el valor de los activos.
Analistas prevén que las desinversiones planeadas también sean requeridas por reguladores de la competencia en jurisdicciones más grandes, como Estados Unidos, donde se ha solicitado la aprobación, y en la Unión Europea, donde aún no se ha hecho el pedido.
"Bayer seguirá trabajando con los reguladores a nivel global para recibir la aprobación de la transacción propuesta a fines de 2017", sostuvo la compañía, al reafirmar el objetivo de compra.