“Para mí, ser productora es tener un amor incondicional por la tierra, por la familia y por todo lo que se produce en el campo. Es una labor sacrificada, pero también es muy gratificante vivir todo el proceso, desde la siembra hasta la recolección y ver cómo lo producido llega a las personas”, dice Bibiana Soumoulou, quien continúa con un legado centenario alineado con la producción agrícola.
Bibiana vive en Máximo Paz. Se trata de una localidad de 3500 habitantes, que está emplazada en la zona núcleo, al sur de la provincia de Santa Fe. En dicho lugar lugar trabaja como productora agropecuaria desde hace más de 30 años. Se graduó en Administración de empresas y consejera en el INTA local.
La productora y su amor por el trabajo agropecuario
“La receta es el afecto que nos transmitieron por el cuidado de la tierra y el sacrificio de mis antepasados, que con mucho esfuerzo compraron su chacra, después de pasar una guerra. Ellos nos inculcaron el valor de preservar lo que es familiar”, expresa Bibiana respecto a los valores que le inculcaron para continuar con sus tareas agrarias.
Ella se dedica al cultivo de trigo, soja (su abuelo fue el primero en producir esta oleaginosa en la provincia), sorgo y, a veces, maíz. Aparte lleva adelante actividades ganaderas, como cría y recría de ganado.
Se trata de la quinta generación de productores, es una tradición que comenzó su tatarabuelo, quien hace más de un siglo llegó desde Francia. Ella revaloriza y cuida el legado de sus antepasados. Bibiana y su familia aún conservan la forma de vida que trajo el primer Soumoulou, quien arribó a la zona núcleo y, además, usan sus uvas para hacer vino casero. Durante el presente, sigue firme con la herencia familiar, mientras impulsa activamente la producción sustentable, sobre todo a partir de la gestión responsable de los envases vacíos de fitosanitarios.
¿Cómo trabaja la productora ante los cambios que se le presentan?
Respecto a los cambios de paradigma, la productora dice que “antes la producción era más simple, en nuestro caso solamente hacíamos trigo, hasta que mi abuelo fue el primero en producir soja en la provincia den Santa Fe. Hoy le prestamos mucha atención al momento de la pulverización, siempre estamos presentes viendo que producto utilizan y cómo lo hacen”.
En esta línea destaca la particularidad e importancia de la producción sustentable, el punto: hacer un uso responsable de los envases vacíos de fitosanitarios: “Siempre me interpeló ver envases abandonados en los caminos, enterrados o quemados, porque sentía que no era lo correcto. Por eso comencé a movilizarme y conocí lo que hacía CampoLimpio, en 2019. A partir de ese momento empecé a involucrarme de lleno para que el sistema se instale en la provincia”.
“En nuestro campo corroboramos que el aplicador realice el triple lavado a los envases. También me preocupo por concientizar a los productores de la zona para que sus envases vacíos estén limpios y enjuagados correctamente”, agrega.
Dato importante sobre Santa Fe y la agroecología
Por otro lado, y es un dato más que interesante, el trabajo con envases fitosanitarios en la provincia de Santa Fe, fue aprobado hace un año. Se trata del plan ambiental CampoLimpio que tiene como objetivo la gestión responsable de los envases vacíos de fitosanitarios.
En dicho periodo de tiempo, organizaron, en promedio, una jornada de recepción de envases por semana.
Además, llevaron a cabo más de 110 capacitaciones y recuperaron más de 143.000 kg de plástico, mientras que está en marcha el plan para que la provincia cuente con Centros de Almacenamiento transitorio (CAT) en Avellaneda, Venado Tuerto, Pilar, Armstrong y Santa Teresa.
En su práctica por la producción sustentable, Santa Fe lanzó el Observatorio Santafesino de Suelos, una herramienta estratégica para hacer frente a los desafíos productivos, climáticos y de sustentabilidad de nuestros tiempos.
